¡Viva la caena!
Cada cosa por su orden. El año próximo hablaremos de 1714, vaya que si hablaremos, pero hoy toca repasar ese esclarecedor 1713 en el que todas las cartas quedan boca arriba; y la técnica de la cadena humana me parece de gran utilidad, siempre que enlace eso que los franceses llaman les lieux de la memoire. Paso en concreto a proponer tres cadenas con sus correspondientes itinerarios, destinadas a recordar lo que de verdad sucedió.
La primera sería la Cadena del Amargo Despertar y tendría su primer eslabón en el puerto de Barcelona, donde el día de San José de aquel año la emperatriz Isabel Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel se embarcó en un buque británico para no volver jamás.… Seguir leyendo »