Hernán Cortés
En el restaurante de carretera prestas atención a tu oído e identificas la voz de Rocío Dúrcal cantando una ranchera. Recuerdas que, hasta hace pocos años, la música más vendida en gasolineras y similares era la popular mexicana, dato bien escondido por las casas discográficas, aunque en la actualidad sabe Dios cómo andarán los gustos de los españoles, abducidos y ausentes entre móviles, tabletas y otras maquinillas matamarcianos, sin espacio para identidades sentimentales y subterráneas. Retrocedes en el tiempo –no demasiado– y rememoras lugares de Michoacán irrenunciables en tu vida: Pátzcuaro, Tzintzuntzan, Quiroga, Santa Clara… Fuera de la postal turística, cobres, carnitas, ebanistería, instrumentos musicales, olivos mucho más que centenarios plantados dizque por el mismísimo Tata Vasco [de Quiroga], cuando quiso aplicar entre los indígenas la Utopía terrena, con eficacia y sin estridencias, al contrario que Las Casas, obra liquidada definitivamente en 1856 y 1859 con las leyes de Desamortización y Reforma.… Seguir leyendo »