Romper el silencio
Hay momentos en que incluso quienes mostramos especial reticencia a aparecer en los medios de comunicación debemos romper el silencio autoimpuesto. Este es uno de ellos. Ante los comentarios publicados –muchos teledirigidos– sobre el reciente nombramiento del presidente de la Sala Tercera del Tribunal Supremo no es fácil mantenerse callado.
He sido magistrado durante más de 16 años de aquella Sala, a la que dejaré de pertenecer muy pocos días después de que Luis Díez-Picazo tome posesión de su Presidencia. Mis palabras no tienen, pues, arrières-pensées, por utilizar términos de una lengua que le es tan familiar. He compartido con él funciones jurisdiccionales y puedo dar testimonio de su excepcional valía humana y profesional, así como de las cualidades jurídicas que ostenta.… Seguir leyendo »