La necesaria regeneración democrática
El 4 de junio de 1963, el entonces primer ministro británico recibió una carta de su ministro de Defensa, del siguiente tenor literal:
"Estimado primer ministro: Recordará usted que el 22 de marzo, debido a ciertas acusaciones realizadas ante el Parlamento, hice una declaración personal. En aquella época el rumor me acusaba de haber contribuido a la desaparición de una testigo y de estar involucrado en alguna posible fisura de seguridad.
Tan serias eran esas acusaciones que me permití pensar que mi relación personal con esa testigo, relación que también había sido objeto de los rumores, era, por comparación, de menor importancia.… Seguir leyendo »