Domingo, 20 de diciembre de 2015

La penúltima oportunidad de construir un país mejor

La pregunta que más me han hecho en los últimos dos meses ha sido para quién iba a pedir el voto EL MUNDO en estas elecciones. Los lectores que hayan leído nuestro editorial de ayer ya saben la respuesta: para ninguno. No porque creamos que deban quedarse en casa –pocas veces fue tan decisivo ejercer el derecho al voto–, sino porque el nuestro es un proyecto intelectual independiente. No somos un diario de partidos –esa opción existe, igualmente legítima–, sino de principios. No apoyamos partidos políticos, sino valores. No pensamos que nuestra labor sea decirles a quién deben votar, sino ofrecerles todos los elementos para que tomen esa decisión de la forma más informada posible.…  Seguir leyendo »

Cuando en 1959 estalló la revolución cubana, la América Latina entró en un ciclo histórico que, bajo la sombra de la guerra fría, abrió un dramático capítulo de enfrentamientos. De un lado, la magia romántica de la revolución; del otro, los golpes de Estado, en nombre del orden y la salvación del mundo democrático. En 1964, Brasil —la joya de la corona— cayó en el militarismo y luego, uno a uno, fueron derrumbándose unos y otros, con las solitarias excepciones de Colombia, Venezuela y Costa Rica. Algunos Estados vivían viejas dictaduras (Stroessner en Paraguay, Trujillo en Dominicana, los Somoza en Nicaragua), pero el resto fue arrastrado en esa dialéctica.…  Seguir leyendo »

Ocurrió en marzo de 1980, en Vanderbilt, durante uno de los primeros coloquios sobre la Transición organizados por universidades de Estados Unidos. Un grupo de escritores, periodistas e hispanistas se reunió para hablar de la Transición en plena oleada de desencanto, extendido ante una democracia que José Luis López Aranguren había despreciado por considerarla “implantada por los franquistas, en continuidad rigurosa, incluso desde el punto de vista de la legalidad, con el régimen anterior”. Reinaba entre los participantes cierta frustración por tantas expectativas incumplidas y tuvo que ser alguien llegado de fuera, el británico Raymond Carr, quien frente a tanto malestar y desencanto afirmara que España era ya —marzo de 1980— “una auténtica democracia y quienes critican a Suárez y a su partido pueden en las siguientes elecciones desplazar a ambos”.…  Seguir leyendo »

El proceso de ruptura del imperio español que comenzó en 1808 no concluyó hasta 1824. En mayo de aquel año fatal las tropas napoleónicas invadieron a traición un reino vecino y aliado, lo que desencadenó tanto una reacción popular y patriótica como una fragmentación de los grupos dirigentes entre «colaboracionistas», piadosamente llamados «afrancesados», y leales a la nación española. Durante los primeros meses de 1810, cuando los que no habían caído prisioneros o estaban muertos se encontraban confinados en Cádiz y se esperaba su caída en manos del tirano corso y su ejército de más de medio millón de soldados, algunos españoles americanos tomaron la drástica decisión de organizar sus propias juntas patrióticas provinciales, al margen del gobierno peninsular, la regencia, que desconocieron en adelante.…  Seguir leyendo »

La admirable mediocridad de la Democracia

La democracia no es una ciencia exacta, y lo que eligen los votantes no obedece, en ninguna parte, a criterios perfectamente racionales. Si este fuera el caso, un votante español elegiría de nuevo al presidente Mariano Rajoy, porque su balance es positivo en líneas generales. La respuesta para España a la famosa pregunta que le hizo Ronald Reagan a Jimmy Carter en 1980 –«Pregúntese si su país va mejor que hace cuatro años»– es, sin ninguna duda, evidentemente sí. Los éxitos –relativos por definición porque se trata de economía y de sociedad– cosechados por el Gobierno del Partido Popular son consecuencia de una extraordinaria continuidad y estabilidad en sus acciones.…  Seguir leyendo »

A estas alturas, con la perspectiva que da el tiempo transcurrido, somos muchos, me parece, los que pensamos que uno de los grandes fallos de la transición española fue no haber logrado un pacto de Estado por la educación, algo de lo que apenas hablaron Rajoy y Sánchez en el frustrante debate del pasado lunes. Un pacto que los ciudadanos debemos exigir sin demora al nuevo gobierno. De haberlo conseguido es muy probable que no sólo nuestros estudiantes no estuvieran en la cola de Europa, según dan cuentan los informes PISA, sino, creo yo, que muchos otros aspectos de nuestra convivencia serían diferentes.…  Seguir leyendo »

Balada interrumpida para tres tenores disonantes

Otra vez el barco de El Holandés Errante está acercándose al puerto. Mientras gran parte de los pescadores cantan con la rutina de la resignación, la soñadora Senta contempla ensimismada el retrato del "hombre pálido" que llegará para rescatarla de la mediocridad y conducirla a una nueva vida. Enseguida entona la balada que resume sus emociones: "¡Yohohohé! ¡Yohohohé!... Cómo brama el viento... Cómo silba entre las jarcias".

Su novio de toda la vida le reprocha que de nuevo se deje arrastrar por la fantasía: "¡Ya has vuelto a cantar esa balada!". Pero ella no puede evitar dar alas a la esperanza en el porvenir.…  Seguir leyendo »

After Abu Musab al-Zarqawi, the leader of Al Qaeda in Iraq, the predecessor to the Islamic State, reportedly beheaded the American hostage Nicholas Berg in 2004, he became known in jihadi circles as the Slaughterer. Few people in the West are aware that he also went by the nickname He Who Weeps a Lot. Mr. Zarqawi was known for weeping during prayer and when speaking about Muslim women’s suffering under occupation.

The Slaughterer’s brand of radical Islam was brutal even by jihadi standards. Under Mr. Zarqawi’s command, Al Qaeda in Iraq executed so many hostages and killed so many Shiite civilians that Al Qaeda’s leadership reprimanded him.…  Seguir leyendo »