Esperpento secesionista, no catalán
La autodenominada "revolución de las sonrisas" separatista hace tiempo que ha entrado en modo esperpento. Si a Carles Puigdemont o a Oriol Junqueras les hubiera dado por pasear por el madrileño Callejón del Gato, donde moraban los espejos deformantes que glosó Valle-Inclán, estos hubieran reventado. No por la mayor o menor belleza física de estos dos políticos, sino porque representan el absurdo con mayúsculas, y tanta concentración de energía distorsionante no hay materia que lo resista.
Resulta gracioso que la Generalitat pida "lealtad institucional" al Gobierno que encabeza Mariano Rajoy para que Barcelona sea la sede de la Agencia Europea del Medicamento.… Seguir leyendo »