Seamos coherentes
Aunque no nos guste, los números tiene que cuadrar; sean los de una familia, empresa o administración. Lo contrario conduce a la falta de credibilidad, la mala reputación y los riesgos de impago e insolvencia. Los partidos políticos no son ajenos a esta necesidad. Sus programas electorales deben ser coherentes internamente por todo lo anterior. Pero también por respeto al debate político de calidad y a la competencia electoral justa. Prometer cosas que no encajan presupuestariamente distorsiona la discusión y acaba obligando a todos a jugar con las cartas marcadas, con unos electores que, en su inmensa mayoría, no son expertos economistas con la capacidad y el tiempo de hacer los cálculos necesarios, no siempre sencillos.… Seguir leyendo »