El ciempiés andante y el sapo burlón
Ha hecho fábula el desconcierto que le produjo a un envanecido ciempiés no saber qué manifestar cuando un burlón sapo le alabó su destreza para mover tantas patas interesándose por cómo lo hacía. A bote pronto, el miriópodo juzgó la pregunta ridícula, pero raudo se sumergió en un mar de titubeos. Era perceptible su desazón al ver como no atinaba con la respuesta entrando en pánico al percatarse de que incluso se le había olvidado caminar. Inmovilizado en el lugar del fatal encuentro, ésa sería su tumba.
El dilema del ciempiés, o la dificultad de hacer de modo consciente aquello que se obra automáticamente, se visualiza estos días cuando el Gobierno de la nación procura activar todos los resortes del Estado para afrontar la intentona golpista del independentismo catalán para romper España.… Seguir leyendo »