
Carta desde la República catalana
Están contentos de recibir a los visitantes y el camino hacia el pueblo está bordeado por cientos de lazos amarillos. Lo primero que ves cuando entras en el pueblo es una enorme bandera, la estelada, que mide alrededor de tres por dos metros, ondeando valientemente con el viento del verano. La enseña se ha de renovar de tanto en tanto, porque los fuertes vientos hacen de ella pedazos. Al borde de la carretera hay un pequeño letrero que te informa de que estás entrando en un «municipio de la República Catalana». A partir de ese momento, la misma afirmación nunca cesa.… Seguir leyendo »