Aguantar y seguir
En la Odisea, en la corte de los feacios, el héroe narra cómo él y sus compañeros habían divisado los fuegos de pastor en la costa de Ítaca. Comenzaban a celebrar el prolongado y retrasado regreso, cuando un terrible temporal los arrastró nuevamente a la isla de Eolo, de la cual hacía poco tiempo habían partido. La culpa de este inesperado contratiempo no la tuvieron los dioses ni la naturaleza, sino los propios compañeros de Odiseo. Estaban convencidos de que su rey les había engañado escondiendo ingentes tesoros en las sentinas de la nave. Mientras el gran estratega griego se entregaba al sueño sobre el timón, la tripulación abrió el pellejo cerrado que el dios del viento había dado al héroe y se produjo el citado temporal.… Seguir leyendo »