¿Sirve argumentar en política?
Las creencias políticas son un escándalo para quienes confían en la razón, porque parecen inmunes a los argumentos. Nadie en un Parlamento cambia de opinión tras escuchar las razones de sus adversarios, a pesar de lo que dijo Popper: "Es menester que combatan nuestros argumentos para que no tengan que combatir las personas". Las afiliaciones políticas no se fundan en razones, sino en propensiones emocionales que después intentan racionalizarse. Hace años, Howard Margolis consideró que no eran racionales ni irracionales, sino a-racionales. Se basan en creencias previas, que tal vez sean verdaderas, pero que se aceptan acríticamente. Tres libros recientes presentan las elecciones políticas como dependientes de estructuras no conscientes de la personalidad.… Seguir leyendo »