Sánchez vuelve a Pedralbes
George Sand, la escritora francesa más relevante del XIX, pese a apagarse su resplandor con el paso irremisible del tiempo, convirtió en una leyenda a Aurore Dupin, nombre de cuna de esta celebridad con seudónimo masculino. Labrándose su libertad a contracorriente, adoptó de su madre el hábito de vestirse de hombre. Al modo de Byron, recorría libérrimamente, sin atender a horas ni recintos, las calles parisinas, a riesgo de su mala reputación conforme a las pautas de la época.
Entre las anécdotas que la rodean, figura una que debió protagonizar en el invierno de 1838 durante su estancia mallorquina -junto a su marido, el gran pianista Chopin, enfermo de tuberculosis- en unas celdas alquiladas en el monasterio abandonado de Valdemosa.… Seguir leyendo »