Por la dignidad del Poder Judicial
Un amigo mío, de profesión juez, sueña con arreglar el mundo de la Justicia. Su sueño, aunque no lo diga, coincide con sus aspiraciones y, lo que es más admirable aún, con su empeño por lograrlo. Mi amigo, por fuera, es de aspecto normal y aire apacible; se conoce que la procesión va por dentro. Su mujer, que es más realista que él y también más agraciada físicamente, cree que el problema viene de lejos, concretamente desde que ingresó en la carrera judicial y ahora está arrepentido de haberlo hecho, pero no es verdad, pues mi amigo está convencido de que su oficio es el más bello del mundo.… Seguir leyendo »