La democracia ante la tragedia
Supongamos, solo por suponer, que la mejor respuesta frente al virus fuese la inmunidad de grupo. Ya saben, conseguir un número suficiente de individuos que por haber superado la infección actúen como cortafuegos impidiendo su propagación a quienes no están protegidos. Optar por esa política no sería un trago de fácil digestión: se admite que de manera inmediata habrá bastantes muertos, aunque al cabo de un tiempo, echadas todas las cuentas, las cosas nos irían mejor, tanto en vidas como en recursos, lo cual, por caminos tortuosos, es otro modo de referirse a las vidas. Y ahora la pregunta: ¿habría algún Gobierno pendiente de elecciones dispuesto a adoptar esa política?… Seguir leyendo »