Un castillo de naipes
El gobierno español ha planteado, siquiera sea dialécticamente, su estrategia contra el coronavirus como una campaña militar. En su virtud, se ha encastillado en una fortaleza simbólica y desde ella pretende dirigir, con mando único, la campaña contra el virus. Esto estaría muy bien si no fuera por un pequeño detalle que da al traste con la validez de todo el símil bélico: la tal fortaleza es un castillo de naipes, una construcción artificial que se encuentra en un equilibrio extremadamente frágil, de modo que sus eficacias defensiva y ofensiva se encuentran en entredicho. Veamos por qué.
Este Gobierno es el producto de una tortuosa negociación que se prolongó desde las elecciones del 10 de noviembre hasta la primera semana de enero, cuando Pedro Sánchez fue investido por mayoría simple en las Cortes.… Seguir leyendo »