Una política de perros y gusanos
Cuando conocí a Rodolfo Martín Villa, allá por 1957, él y yo estábamos en lados opuestos de la trinchera política. Él era un estudiante falangista, jefe provincial del SEU de Madrid (el Sindicato Español Universitario fue fundado por José Antonio Primo de Rivera en tiempos de la República), al que todos los estudiantes universitarios pertenecíamos obligatoriamente. Yo era un estudiante socialista, afiliado a la recién fundada ASU (Agrupación Socialista Universitaria, naturalmente clandestina), que, entre otras cosas, se dedicaba, junto con un pequeño grupo de falangistas de izquierdas, a democratizar el SEU desde la base. Yo llegué a ser elegido delegado de facultad en la de Derecho y otros socialistas fueron también elegidos en otras facultades y escuelas.… Seguir leyendo »