El falaz mito del voto latino
Quince días antes del 3 de noviembre, llevé mi voto anticipado al correo en Scottsdale, una de las principales ciudades de Arizona. Elegí darlo en mano. El señor que me recibió —un cincuentón delgado como Iggy Pop con el bigote de Tom Selleck joven y el humor de Jon Stewart— tomó mi sobre, vio mi nombre, y sonrió: “¿Familia mexicana?”.
Vaya, suena como tal, pero no. Le expliqué al caballero de qué hueco del sur del continente procedía y volví a casa, donde me asaltó un leve descorazonamiento: para muchos estrategas políticos de Estados Unidos, Diego Fonseca es mexicano. Me bastaba abrir la casilla de correo: la propaganda política de ambos partidos, el Demócrata y el Republicano, le habla a una persona abstracta que no soy yo.… Seguir leyendo »