Iglesias, agitador vitalicio
Sería un error interpretar la decisión de Iglesias únicamente en clave electoral. Las llamadas guerras de trincheras, las disputas electorales, se las confía a Sánchez, pues su candidatura y sociedad limitada morada carece hoy de potencia movilizadora por sí misma. Los movimientos de Iglesias constituyen siempre guerras de posición, en términos gramscianos: la progresiva conquista de espacios ideológicos, políticos y semánticos en pos de lograr la hegemonía. Donde hay socialismo reformista suficientemente competente, el comunismo es incapaz de ganar unos comicios. Donde lo hay pero se muestra incompetente e intelectualmente desnutrido, el comunismo puede alcanzar el poder sin ni siquiera ganar elecciones.… Seguir leyendo »