Un Gobierno de cortas luces, pero a qué precio
Cierta vez le preguntaron a Einstein cuál era su profesión y el gran físico ironizó: «Modelo masculino». Bromeaba así sobre la desaforada atención que, a su juicio, le prestaban los fotógrafos. A una personalidad tan esquiva a las cámaras y renuente a cualquier «presuntuosidad modernista», el jefe del Gobierno israelí David Ben Gurion le propuso en 1952, al fallecer el primer jefe del Estado, el químico Jaim Weizmann, que asumiera tal dignidad. Empero, el padre de la teoría de la relatividad declinó el honor que le sirvió en bandeja diplomática el embajador hebreo en Washington, comisionado al efecto. «Conozco algo sobre la Naturaleza, pero prácticamente nada sobre los hombres», se justificó el alemán nacionalizado estadounidense.… Seguir leyendo »