En necesaria defensa de los niños
Todo lo que no sea situarse en las manos pequeñas de ese niño es una indignidad. Todo lo que no sea recalcar, reiterar, marcar, una y otra vez, que se ha pedido en Twitter que se vaya a la casa de ese pequeño a apedrearla, o que se le deje solo en su clase, sin ningún compañero, porque sus padres han pedido acogerse a su derecho, es reducir el horror de este acoso nazi a una anécdota más dentro del conflicto interminable entre la política lingüística de la Generalidad y el principio de legalidad. Sobre todo, después de que haya sido publicada en una web independentista la supuesta identidad y el trabajo de su padre.… Seguir leyendo »