Realismo en la política exterior
En política exterior, crear una cierta tensión y luego negociar la solución es normal y, a corto plazo, políticamente rentable. Pero la rentabilidad es solo cara a la propia opinión pública, pero no engaña al buen político: cuando el jefe del gobierno francés Daladier volvió a Paris tras el pacto de Múnich, le asustó el griterío de la gente al recibirle, pero su jefe de Gabinete le tranquilizó: eran gritos de felicitación, a lo cual Daladier suspiró «¡Qué imbéciles!». En Múnich acababa de demostrarse el principio de que de los aliados puedes esperar todo, pero nunca confiar en ellos.
EEUU está viviendo momentos difíciles en política exterior tras el caos que provocó Trump, y no es que a los ciudadanos americanos les importe mucho la política exterior, salvo cuando les afecta personalmente, pero cara al exterior, la sensación que Washington está dando ante aliados y competidores (China y Rusia, principalmente), es difícilmente soportable para un país que pretende ser un pilar del nuevo escenario internacional.… Seguir leyendo »