Adiós, Barcelona, adiós
Hace ya mucho tiempo que busco a Barcelona en Barcelona. Puede parecer romanticismo, una especie de pulso hacia el pasado para encontrar los restos de algunas noches míticas. Y hay algo de eso: si eres escritor y vas a Barcelona buscas ciertos lugares perdurables, que pueden resistir, o un aroma de época. Jaime Gil de Biedma ya no te está esperando en la barra final del viejo Sandor para tomar el dry del mediodía, y no hay ninguna noche de Boccaccio que pueda despertarte el claroscuro del paraíso perdido. Aquella Barcelona sólo existe en el recuerdo de lo que no has vivido; pero tu imaginación es poderosa.… Seguir leyendo »