El cuento de la diversidad lingüística
Muchos recordarán el chiste. Un responsable de recursos humanos pregunta a un candidato a un puesto de trabajo: "¿Cuántos idiomas habla?", a lo que este contesta: "Alemán, francés, inglés e italiano". Muy impresionado, el primero, quizá nacionalista, le pide una precisión más: "Excelente, excelente...pero, pensar ¿en qué piensa?", a lo que el candidato, en un alarde de sinceridad que, es de temer, no será tenida en cuenta, replica: "¿Yo?, pues, en follar, como todo el mundo".
Algunos académicos puede que no encuentren la gracia a esta historia. Por obvia. Para la psicología evolutiva somos poco más que vehículos de genes. Los asuntos que tan en serio nos tomamos, y en los que nos apostamos enteros -a nosotros y, ay, a muchos otros-, como el amor o la religión, vendrían a ser fantasías o subproductos de procesos adaptativos que nos entretienen y hasta amargan la vida, pero no tienen otra función que engrasar el trámite.… Seguir leyendo »