Escuela, lengua y ciudadanía
Un 20 de abril de 1792, en pleno apogeo revolucionario, Condorcet presentaba ante la Asamblea Nacional francesa su precursor Informe y proyecto de decreto sobre la instrucción pública. Desde entonces, nadie que se preocupe seriamente por esa cuestión puede obviar la esencial función política que la escuela debe cumplir: la formación de ciudadanos. Condorcet, el último de los grandes filósofos ilustrados, destacaba ya en el primer párrafo de su intervención que la escuela debía "ofrecer a todos los individuos de la especie humana los medios de (...) conocer y ejercer sus derechos, de comprender y de cumplir sus deberes". No tuvo suerte su proyecto, pero meses después el Decreto Bouquier estableció por primera vez en Europa un sistema de educación pública, laica, gratuita y universal, y fijó como primeros libros de enseñanza la Declaración de los Derechos y la Constitución.… Seguir leyendo »