Aquellos intrépidos astrónomos
Era una mula terca y caprichosa. Al llegar a la Peña de Orduña el animal se revolvió, el pobre Carlos Rodríguez, más experto en tareas de taller que en montar a caballo, no pudo hacer carrera de ella y acabó siendo arrojado sin contemplaciones. Cayó y se despeñó de mala manera lastimándose fatalmente y, como consecuencia de las heridas, acabaría falleciendo pocas semanas después.
El terrible accidente acaeció, pues, a pocas leguas de Bilbao, desde donde la peculiar caravana había partido el 17 de abril de 1802. Iban cuatro grandes carros que fueron construidos especialmente para la ocasión, para poder transportar el tubo del telescopio -de casi ocho metros de largo- y los otros bultos mayores.… Seguir leyendo »