El hombre que pudo matar
La lápida de Mijaíl Gorbachov podría decir: "Intentó salvar la Unión Soviética". También podría poner: "No quiso un Tiananmen". La compatibilidad de ambas inscripciones resume la mezcla de fracaso estrepitoso y mérito extraordinario que define su obra política.
Comencemos por el fracaso. Es indudable que el último líder de la URSS hizo grandes esfuerzos por salvar el proyecto comunista. Reformas como la perestroika o la glasnost buscaban dinamizar y devolver la legitimidad a un sistema anquilosado, ruinoso y desprestigiado. El empeño por reducir el poder que ejercía el Partido Comunista de la Unión Soviética sobre todos los aspectos de la vida del país (y la de otros países también) buscaba, igualmente, sanear el régimen, no destruirlo.… Seguir leyendo »