2023 ¿olvido y perdón?

2023 ¿olvido y perdón?

En este año que comienza parece que tendremos los españoles (derecho habientes a un DNI español) un par de ocasiones de manifestar nuestra sabiduría y sensibilidad política en las urnas. Tenemos pocas certezas, tal vez sólo una, y es que la mayor masa crítica de electores se refugiará en la abstención más voto en blanco con inconsciencia o desolación. Creemos, sin embargo, que las elecciones que nos aguardan deben afrontar dos temas cruciales y existenciales para el futuro de los españoles. Creemos que estamos en una coyuntura histórica singular con dos temas trascendentes que dirimir. Nos jugaremos mucho más que una gestión acertada de asuntos socio-económicos o unas torpes leyes “à la mode woke” difícilmente aplicables y claramente coyunturales. Con la verdad por delante, lo que se dirimirá será si España sigue en su alocada carrera hacia “la Confederación Asimétrica Plurinacional” preludio evidente de su desguace final, y también, del avance del totalitarismo en diversas formas con la erosión de nuestra ya débil democracia a través del engaño, la perversión de nuestra Constitución, la apropiación sectaria de nuestras Instituciones básicas y la instalación de la “democracia totalitaria”. (Talmon o Jouvenel) Nótese que ambos hechos destrozan absolutamente la idea de que la soberanía reside en el pueblo (español en este caso), y cualquier posibilidad de igualdad ontológica de los ciudadanos; por eso nos parece que estamos ante un momento histórico.

Hay unos grupos de electores que van a ser decisivos en esas futuras llamadas a las urnas. En primer lugar estarán los que no estiman que estemos en un momento tan peligroso y trascendental. Y puede que tengan razón. Lo lamentable es que no se debata intensa y públicamente sobre el camino hacia la Confederación plurinacional y sus consecuencias, como tema existencial toral y único, para poder votar informados y sensibilizados. Nosotros podremos cambiar de opinión, pero sobre todo, a los que no perciben esa amenaza, se les facilitaría un conocimiento y una información que consolidaría su obligación de ciudadano demócrata. Eso parece imposible con los subordinados medios de comunicación mayoritarios actuales, con la sabiduría de las redes sociales y con el sistema educativo que tenemos. Pero tampoco ayuda que el principal Partido de la oposición a nivel nacional no quiera priorizar el tema ni definirse netamente…

Y, finalmente, habrá dos grupos de electores de especial interés. Uno será el de los electores “del olvido”. Pertenecemos todos un poco a ese grupo, pero una gran masa está en él de hoz y coz. Son los que votan habiendo olvidado los engaños a los que han sido sometidos (hechos demostrables, como los que quitaban el sueño al Doctor Sánchez), o el confinamiento totalitario ilegal, o los falsos juramentos a la Constitución, o la amnistía a golpistas, o el nombramiento de Doña Dolores Delgado como fiscal general, o la promesa del Gobierno a los separatistas de NO hacer cumplir las sentencias del Supremo, o los pactos con los herederos de ETA, etc… Y a esos se unen los electores “del perdón”, un grupo más curioso compuesto por personas que sí están al tanto de los hechos políticos relevantes del cuatrienio, que se acuerdan de ellos, que incluso los valoran negativamente, pero que están dispuestos a perdonarlos por las razones que sean, lo que significa seguir votando a los mismos.

En 2023, entre los nescientes, los inconscientes (abundantes en todas las democracias del mundo), los olvidadizos y los clementes perdonadores, la democracia española se va a ver sometida a rudos desafíos…

Por Enrique Calvet Chambon, ex europarlamentario y Presidente de ULIS.

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