
España es la garantía de una vida digna
Nací con la Constitución de 1978 y, por tanto, crecí en una España alegre y optimista que no encontraba obstáculos insalvables entre ella y el horizonte. Nos sentamos, por fin, a la mesa europea, apuntalamos nuestra democracia, derrotamos al terrorismo y extendimos la prosperidad a amplias capas sociales. Naturalmente, latían problemas y asomaban peligros, pero no nos parecían existenciales, sino las últimas cumbres a superar antes de alcanzar el destino de las naciones a las que queríamos parecernos. Nos veíamos como ciudadanos de un país nuevo -nos gustaba hablar de nuestra «joven democracia»- firmemente asentado sobre unos valores compartidos expresados en la Constitución del 78.… Seguir leyendo »