El peligro de los intelectuales
Sin darse cuenta, uno llega a una edad en la que le cae la etiqueta de «referente». En estos casos, reacciono como Arcadi Espada cuando le llamaron «fascista» en mi universidad: me vuelvo en busca del referente, a ver si me guía a mí también, para acabar descubriendo que el referente soy yo. La situación me incomoda. A diferencia de Sánchez, no aspiro al mármol. A duras penas me veo capaz de gestionar mis tribulaciones, como para ser ejemplo de nada.
Peor es cuando me llaman «intelectual». En este caso, la desazón tiene una raíz -si me permiten- intelectual. Viene de antiguo, de aquellos años en los que la izquierda, para dar lustre a sus intelectuales decorativos, popularizó el sintagma «alianza de las fuerzas del trabajo y de la cultura».… Seguir leyendo »