Si no lo veo no lo creo, y si lo veo, tampoco
Lo que está sucediendo resulta difícil de creer. Más inquietante y grave que el 23-F. Entonces lo sucedido sucedió en horas, se atajó y sirvió para unir a la ciudadanía. La amnistía da comienzo a algo impredecible e incierto. Sabíamos que la metástasis nacionalista avanzaba lenta pero inexorable desde hace diez años, pero nadie podía imaginar que las cosas sucederían así. Y en esto estamos: una sociedad más dividida y desigual que nunca. Unos, la mayoría, atónitos y deprimidos, sin acabar de creernos que nos estén tomando no ya por tontos, sino por ciegos. Otros, los linces, confiados en que se olviden pronto su cinismo, sus fechorías y mentiras, y otros pocos, en fin, exultantes: volverán a delinquir impunemente (de los tontilistos, los que van a remolque de los listos defendiendo lo que estos defienden sin ni siquiera entenderlo, mejor nos ocupamos otro día).… Seguir leyendo »