
El país de los prodigios
En efecto, hubo una bochornosa anomalía el pasado día 8 en el Parque de la Ciudadela de Barcelona. Pero no fue el espectáculo que protagonizó en la calle el fugitivo Puigdemont, que sólo asombrará a quien haya olvidado las ardientes soirées de 2017 y 2019 en esa capital. Aunque el vulgo le atribuya las habilidades de Rocambole, este cómico está mucho más cerca de las de Raymond Reddington, que, como él, tenía un acuerdo de inmunidad con la Fiscalía y contaba con la colaboración de los servicios de seguridad del Estado. Su número de escapismo fue un fuego completamente artificial para distraer la atención de la mucho más sórdida y deslucida escena que se vivió dentro del Parlament, en donde se desarrollaba una sesión de investidura presuntamente normal.… Seguir leyendo »