Los muertos mueren y las sombras pasan
La pregunta más reiterada hoy en España es: «¿Cuánto le queda por morir al muerto Ese? Porque nadie duda ya de que es un muerto muriente. «Pero el cadáver, ay, siguió muriendo», diríamos a la manera de César Vallejo. Embalsamado en su misma corrupción y a lomos de sus propios gusanos. Hoy, reunidos en Congreso Federal, dejarán de cantar la Internacional para acometer con brío, al unísono, el Rascayú. Tan apropiado. Todos (y todas), sopistas de la sopa gansa y de la pasta boba (ya lo decía la ministra calva: «Nosotros administramos dinero público, y el dinero público no es de nadie»).… Seguir leyendo »