30 años de mentiras

Cuando los lectores de este diario vean estas líneas se habrá producido un hecho objetivo.

En el Parlamento de Castilla-La Mancha, el presidente de la Junta de la Comunidad y secretario general del PSOE castellano manchego, José María Barreda -el mismo que recomendó a José Luis Rodríguez Zapatero cambiar su Gobierno y reducir los ministerios y que, tres días más tarde, votaba en contra de cambiar su propio Gobierno y reducir tres consejerías- habrá votado para que se retire el Estatuto de Castilla-La Mancha; mientras, el Partido Popular y yo misma habremos votado para que se apruebe.

Ese es un hecho, no una opinión. Él votará para que ya no se tramite el Estatuto y nosotros habremos votado a favor de que el Estatuto se mantenga en el Congreso de los Diputados y se apruebe. Es fácil extraer la conclusión: nosotros queremos que el Estatuto se apruebe y José María Barreda, no. Él sabrá por qué.

Pero, lejos de asumir su propio fracaso, José María Barreda viene hoy, en este mismo periódico, a echar las culpas al PP y, en concreto, a la que suscribe, en otro ejercicio de irresponsabilidad y de totalitarismo propio del que lleva 29 años (¡!) en un gobierno autonómico.

Me da pena por muchos votantes socialistas de mi tierra que confiaron en él y ahora les ha engañado. José María Barreda hablará de traiciones, de contradicciones, pero la única verdad es que él ha renunciado a garantizar 4.000 hectómetros cúbicos de agua para Castilla-La Mancha y a que el resto del agua se siga llevando a donde se necesite.

La propuesta del Partido Popular tiene la fortaleza de apoyarse en una postura nacional en materia de agua y un discurso válido en todo el país.

El PSOE tiene mayoría suficiente para aprobar el proyecto de Estatuto en el Congreso de los Diputados.

¿Por qué entonces José María Barreda echa la culpa a los demás? Él habla de sometimiento a otras comunidades o culpa a la oposición.

¿Acaso no ha oído lo que opinan la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega y la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, advirtiendo a José María Barreda de que tenía que buscar el consenso para que se aprobara el Estatuto de Castilla-La Mancha?

Lo que demuestra Barreda es su extrema debilidad porque es el único presidente de una Comunidad Autónoma que ha retirado su Estatuto después de llevarlo al Congreso.

Nosotros, en cambio, hemos presentado una gran propuesta, que fue aplaudida por muchos socialistas responsables. Y Barreda dijo que no. Y ni siquiera fue capaz de venir al Congreso de los Diputados a buscar un acuerdo. Esa es la verdad.

Lo único que me cabe decir, finalmente, es que dentro de un año, cuando yo sea presidenta de Castilla-La Mancha -si los ciudadanos así lo deciden-, aprobaré el Estatuto de autonomía por consenso. Atrás quedará un gobierno de 30 años que nunca supo resolver el problema del agua en Castilla-La Mancha.

María Dolores de Cospedal