30 años viajando a alta velocidad

El 21 de abril de 1992 la Alta Velocidad Española (AVE) comenzaba a operar en el territorio nacional, en concreto en la línea Madrid-Sevilla incorporando paradas en ciudades tales como Ciudad Real, Puertollano y Córdoba a lo largo de su recorrido. Sin duda, este hecho fue un hito en materia de movilidad que vino a modernizar las comunicaciones en nuestro país y del que debemos sentirnos verdaderamente orgullosos. A partir de ese momento, en buena medida, las distancias en el interior de la Península Ibérica pasaron de medirse en kilómetros a hacerlo en el tiempo de desplazamiento. Se han realizado en estas tres décadas significativos avances en materia ferroviaria y en concreto en la extensión de la Alta Velocidad, ello es innegable. No obstante, creo que sería positivo aprovechar esta efeméride para reflexionar y tomar conciencia de los retos que tenemos ante nosotros en lo referido al sistema ferroviario español.

El futuro del transporte ferroviario es inherente al hecho de que los poderes públicos puedan garantizar el ejercicio del derecho a la movilidad de las personas. Pero además, el ferrocarril está llamado a ser un elemento vertebrador en lo territorial, cohesionador en lo social e impulsor en lo económico. Este medio de transporte tiene un papel protagonista en retos tales como la descarbonización, la transformación digital, la lucha contra la despoblación de las zonas rurales o la optimización de la movilidad en las aglomeraciones urbanas. Así, es fundamental que la gestión ferroviaria ostente un puesto preeminente en la agenda política y presupuestaria del Gobierno de España.

La liberalización del sector ferroviario y la incorporación de nuevos operadores que compiten en la prestación de servicios de alta velocidad y larga distancia ha supuesto un notable incremento de usuarios que optan por el transporte ferroviario, así como una considerable reducción en los precios de los billetes. Por ello, es esencial seguir transitando con paso firme en la senda de la liberalización, que va a fomentar el abaratamiento del coste de los desplazamientos y que los usuarios opten por este medio de transporte frente al uso del vehículo particular. Todo ello contribuye también a avances en materia de transición ecológica y de seguridad vial.

Es necesario igualmente acrecentar el esfuerzo inversor en la extensión de las vías de alta velocidad ferroviaria a aquellos territorios donde aún están pendientes de su llegada, como diferentes puntos del norte peninsular, Extremadura, Murcia o distintas provincias andaluzas como Jaén o Almería. Urge la recuperación de las frecuencias ferroviarias existentes antes de la pandemia, porque una vez recuperada al 100 por cien la movilidad no tiene sentido que aún se restrinjan los servicios ferroviarios, contribuyendo esto a coartar la accesibilidad y la movilidad. No tiene ningún sentido el hecho de no recuperar los trenes nocturnos que venían operando en el norte de España y nos conectaban con países vecinos hasta el confinamiento de la covid. La imprevisión en las convocatorias de empleo para maquinistas está provocando falta de relevo en este colectivo, y esta escasez de medios humanos ha originado supresiones y cancelaciones de multitud de servicios de Cercanías, con especial incidencia en los de Valencia y Málaga. La conexión ferroviaria del puerto de Algeciras es básica para nuestra competitividad en el plano económico y por ello se hace acuciante la ejecución del Corredor Ferroviario Mediterráneo, del Corredor Ferroviario Atlántico y de su Ramal Central.

El sistema ferroviario español tiene retos ante sí cuya consecución vendría a consolidar su modernidad y su competitividad; de igual modo ello nos volvería a situar en la vanguardia de la nueva movilidad. Lo conseguimos hace hoy 30 años con el esfuerzo de toda una sociedad que creyó en sus potencialidades y que consiguió abrir paso a la alta velocidad ferroviaria, un gran hito. Desde aquí y aprovechando esta efeméride quiero animar al Gobierno a que abandone su desidia en materia ferroviaria y que priorice e impulse, a través de los Fondos Next Generation EU, las inversiones ferroviarias pendientes. Sólo así podremos seguir celebrando aniversarios de apuestas que vengan a revolucionar nuestra movilidad y a acrecentar nuestra competitividad.

Andrés Lorite es portavoz de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del PP en el Congreso de los Diputados.

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