4º Aniversario del 15-M

'...Kon los trapos abiertos'. Fernando Arrabal es escritor, dramaturgo y cineasta. Su obra Pingüinas se representa hasta el 14 de junio en las Naves del Español (Madrid).

Incluso cuando el primero de los cuarenta indignados (pánicos e hispánicos) del 15 de mayo de 2011 acampados de forma espontánea en la Puerta del Sol escribió un primer... [SMS: «esta noche tendré vintikince años»].

¡Piedad por ellos! por los líderes obreros que ordenaron matar a puñaladas a sus camaradas en el Campo de las Calaveras.

Incluso cuando el embajador de Francia, el nonagenario Hessel [SMS: "nos enkanta kon los trapos abiertos"] propuso la indignación; ...y la Puerta del Sol se definió más por sus formas que por su contenido.

¡Piedad por él! por el Coronel Auditor don Tomás López que condenó a muerte a mi padre (detenido el 17 de julio de 1936 en Melilla) por "rebelión militar".

Incluso cuando Stéphane Hessel (Gran Cruz de la Orden Nacional del Mérito y Gran Oficial de la Orden Nacional de la Legión de Honor) proclamó, con los indignados de Sol, que no eran "mercancía en manos de políticos y banqueros", que tradujeron por... [SMS: "prefiero korrer a kurrar"].

¡Piedad por ellos! por los comisarios que fabricaron paredones, para linchar en masa, desde Paracuellos a Albacete.

Incluso cuando Hessel, en su fascículo de una treintena de páginas, defiende la "indignación" como la levadura del espíritu de resistencia; [SMS: "mi futuro = porvenir tan diferente al de ayer"] por ello los acampados de la Puerta madrileña constituyeron asambleas para recuperar el pensamiento cívico.

¡Piedad por ellos! por los dirigentes que condujeron a la locura a sus camaradas de partido desde don Jesús Monzón hasta don Heriberto Quiñones, acusándoles de enemigos de la clase obrera.

Incluso cuando los indignados de Sol consiguieron que las identidades colectivas ("democraciarealya", "bufetalmedia" u "OWS") fueran elementos predominantes en las dinámicas de difusión, en la lucha contra la desigualdad y en la "explosión en la red". [SMS: "con + humor dije lo + serio"].

¡Piedad por ella! por la camarada del piolet doña Caridad Mercader, que ordenó a su hijo don Ramón matar al disidente don León Trotski.

Incluso cuando Hessel, con los jóvenes de la Puerta del Sol, mostró la diferencia inconmensurable entre las fuerzas políticas y los jóvenes [SMS: "Sr. manda+ no es por rebeldía por lo que me rindo a mi propio parecer"].

¡Piedad por ellos! por los marxistas ortodoxos que torturaron "científicamente" a muerte a sus camaradas heterodoxos del POUM, desde don Juan Farré a don Andreu Nin.

Incluso cuando los jóvenes de la Puerta del Sol emplearon etiquetas (hashtags) como "#nosvamos", "#15M", "#notenemosmiedo" para rebelarse contra los poderes del capitalismo [SMS: "encontré un tío mejor que tú: fácil"].

¡Piedad por ellos! por los dirigentes calificados por Julián Besteiro, de "criminales más monstruosos que los más monstruosos de Dostoyevski".

Incluso cuando Hessel con los acampados, proclamó: "No hay nada que sea menos anti-revolucionario que la apatía y la indiferencia" [SMS: "amor mío: lígame como el primer día"].

¡Piedad por ellos! por los ex-"camaradas" calificados por el general don Enrique Líster de "terroristas que sembraron de crímenes la retaguardia republicana".

Incluso cuando algunos "indignados de Sol" afirmaron que el librito de Hessel estaba mal escrito, los jóvenes reconocieron que el opúsculo había sabido calar en el "enfado colectivo". [SMS: "estabas tan guay en el sms de ayer"].

¡Piedad por él! por don Amideo Cuesta que, dirigió la Prisión de Burgos cuando mi padre estaba en sus calabozos.

Incluso cuando Hessel hizo un llamamiento a los acampados del mundo para emprender la acción no violenta y rebelde [SMS: "¿eres impotente o soy vaga?"].

¡Piedad por ellos! por los camaradas que asesinaron a sus compañeros de partido como a don Gabriel López Trilla.

Incluso cuando Hessel señaló la diferencia inconmensurable entre las fuerzas políticas y los indignados [SMS: "hazme el indio con tu rostro pálido y el arkoiris de tus flechas"] con el deber de indignarse "contra un mundo gobernado por unos poderes financieros que lo acaparan todo".

¡Piedad por ellos! por los "caníbales políticos de Moscú", según la definición del revolucionario Julián Gorkin.

Incluso cuando los acampados y Hessel comprobaron como se iba gestando "una revolución ciudadana en Islandia" [SMS: "te deseo: ya no te kiero"].

¡Piedad por ellos! por los capuletos y montescos que para asesinar a don Pedro Muñoz Seca y a don Federico García Lorca se alzaron en matarifes de la poesía.

Incluso cuando los acampados quisieron dar una respuesta social y proclamaron , con Hessel "la indignación es la última de las pasiones que la juventud necesita hoy y ahora" [SMS: "me marcho al planeta Plutomb: no eskribas"].


El carajal político de España. Álvaro Pombo, de la Real Academia Española, es escritor. Su última novela publicada es La transformación de Johanna Sansíleri (2014).

El domingo 24 de mayo vamos a participar en unas elecciones goyescas. ¡Ojalá que sólo lo fueran, porque son municipales y provinciales! No sé aún si son pinturas negras, pero sé que nuestros políticos -y, por lo tanto, también nosotros mismos- se van volviendo a lo largo de la campaña garabatos de una España corrompida, envilecida y negra. Una España mitinera, fiestera, carente de filo, de elocuencia y de misericordia. ¿Qué fue el 15-M? Yo asistí a su origen participando en un mitin por UPyD en la Plaza de la Ópera. Envidié la espontaneidad popular de todos aquellos indignados. Pensé que asistíamos a una gran sentada goyesca, la ira del español sentado. Era necesario que el pueblo de Madrid se encrespara contra nuestros gobernantes de entonces, y que repitiera un gesto antiguo y violento: "No esperes, campesino polvoriento / de tu sudor la luz completa /... ¡Levántate y galopa con Zapata!". Como Laforgue en el umbral de siglos charlatanes, todos nosotros, los indignados del 15-M y mis compañeros de UPyD, deseábamos volvernos legendarios, creadores de praxis política. Detestábamos la charlatanería política.

El caso es que ya no somos campesinos, ya no somos polvorientos. Ahora somos medios horteras, ahora estamos embotados. Ahora estamos parados. Había, sin embargo, ahí afuera, en la Puerta del Sol del 15-M, un aura polvorienta y cateta -pero también épica-, que arrastra mi corazón. Recordaba a Blas de Otero: "Tú, Sancho pueblo / pronuncias anchas sílabas / permanentes palabras que no lleva el viento". Un viento de indignación, de desesperación, de desahucio, que era inmediatamente épico y romántico. He leído estos días -se ha repetido mucho- que el 15-M de la Puerta del Sol tuvo repercusiones mundiales. Seguro que sí. Pero esa constatación paleta, tan española, no me impresiona demasiado. He vivido muchos años fuera de España. Y me impresiona más lo que sucede aquí que la repercusión o falta de ella que tenga en el mundo. Por eso, al evocar ahora el 15 de mayo de 2011, evoco también la incomodidad de la muchedumbre, sus residuos pringosos, su mal olor. Evoco el proyecto asambleario, sin embargo, con emoción: por razones teológicas, no políticas. Hace veinte años escribí una vida de San Francisco de Asís. Con ayuda de esas páginas tomé parte en muchas revelaciones menores. Quizá la mayor de todas fue ver cómo las asambleas franciscanas iniciales se integraban en la gran estructura teológica medieval: de la asamblea y lo asambleario, al sistema y a la disciplina teológico-política. El propio San Francisco tardó toda una vida en integrarse él mismo y no llegó nunca a fundar la Orden Franciscana: estaba demasiado cerca de la inspiración, de la gente que le seguía, polvorienta por los campos, que coreaban sus himnos a las criaturas y a Dios: inmerso en el fervor panteísta de todas las conciencias religiosas: Dios está en todo, y cada criatura es hermana nuestra y parte de Dios.

Confieso que cuando en 2014 apareció Podemos y desbarató las elecciones europeas adelantándonos a todos, sentí que aparecía, una vez más, un franciscanismo político, una curación por la palabra que contenía elementos de la Teología de la Liberación y que contenía, sobre todo, entusiasmo. Asistí, desde mi casa, a la transformación del espíritu asambleario del 15-M en espíritu político: en esto estamos ahora.

¿Hemos llegado a alguna parte o estamos donde estábamos?

No nos volvimos legendarios. Y una charlatanería insidiosa crece por todas partes ahora. ¿Cuándo se vuelve insidiosa la palabra política? ¿Cuándo se vuelve charlatanería? No, por cierto, cuando la desproporción entre lo que anhelamos y lo que conseguimos engendra en nosotros melancolía. Siempre hay esa desproporción, y, sin embargo, las palabras que nos exaltaron todavía nos exaltan y conducen en las agitadas tardes de nuestros retiros. Un charlatán es uno que anuncia a voces su mercancía, alguien que a todo trance quiere vendernos algo: su proyecto político, una imagen de sí mismo. Conviene recordar aquí que el charlatán quebranta la relación real de las palabras con las cosas, nos quebranta porque nos devalúa. Todo necio confunde valor y precio. Por eso el Mesías no voceaba en las plazas y no quebrantó más aún la caña quebrantada.

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