Una Alemania irreconocible
Muchos alemanes siguen frotándose los ojos y los oídos como si les hubiese asaltado de repente un catarro identitario y ya no supiesen quiénes son, de dónde vienen y a dónde van. Después de enterase por la prensa que su amada industria automovilística había mentido y engañado con alevosía al mismo pueblo que daba nombre a su más célebre corporación, ahora toca otro despertar, quizá mucho más trágico y fundamental, pues va más allá, al sur de la propia historia, removiendo los cimientos del Idealismo y la Ilustración, de aquella maravillosa época de la humanidad en la que absolutamente todo, desde Dios hasta la entraña más mortal del hombre, debía someterse al tribunal de la Razón, según la conocida máxima kantiana.… Seguir leyendo »