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Una mujer camina frente a un mural con la figura de Fidel Castro en La Habana, el 1 de Julio. (Yander Zamora/EPA-EFE)

El pasado 3 de julio, a sus 43 años, Ariel Ruiz Urquiola lucía desgarbado, casi esquelético. Lleva el hueso pegado a la piel, como cualquiera que haya emprendido una carrera hacia la muerte. Pesa 65 kilogramos, antes pesaba 80. Es Doctor en Ciencias Biológicas, ecologista consumado, y acaba de interrumpir una huelga de hambre de diecisiete largos y peleados días.

El 8 de mayo Urquiola había sido sentenciado en un juicio sumario a un año de privación de libertad por un supuesto delito de desacato, y protestó y defendió su inocencia negándose a comer y a beber. Amnistía Internacional lo declaró preso de conciencia, la ola de solidaridad fuera de Cuba comenzó a crecer, y una comisión médica subordinada al Ministerio del Interior decidió liberarlo bajo una licencia extrapenal luego de diagnosticarle “un síndrome afectivo ansioso depresivo”.…  Seguir leyendo »