
Cinco años después
Escribo en la madrugada del 2 de octubre, cinco años después del día en que los colombianos fuimos a las urnas para votar sobre los Acuerdos de Paz de La Habana. Los acuerdos eran el fruto de largas negociaciones que habían dejado una fractura visible en la sociedad colombiana, y así llegábamos a ese domingo: divididos, enfrentados, peleados con nosotros mismos como no lo habíamos estado desde los 300.000 muertos de la violencia partidista de los años 50. Los enemigos del Proceso de Paz, liderados por el expresidente Álvaro Uribe, habían lanzado en los últimos meses una campaña grotesca de mentiras y distorsiones que calaron en una ciudadanía adolorida, vulnerable y crédula; y así llegaron miles a votar, convencidos de que los acuerdos convertirían a Colombia en la nueva Venezuela, le quitarían a la gente sus pensiones para dárselas a los guerrilleros y buscarían secretamente —mediante un arma temible llamada ideología de género— la destrucción de la familia cristiana.… Seguir leyendo »