Cómo salir adelante sin el gas ruso
A mediados de 2007, siendo ambos ministros del gobierno de Chile, recibimos la llamada telefónica que hoy temen todos los políticos y los empresarios alemanes: fuimos informados que el suministro de gas natural proveniente de Argentina, el único proveedor de nuestra nación, cesaría de la noche a la mañana. Al igual que Alemania hoy día, Chile dependía en extremo de gas importado para generar electricidad, suplir de combustible a las plantas industriales, y calefaccionar los hogares. El golpe, por lo tanto, pudo haber sido devastador. Pero gracias a un conjunto de medidas de emergencia, Chile logró salir adelante.
Este episodio ofrece lecciones útiles para Alemania y otros países europeos que pronto pueden dejar de tener acceso al gas ruso –ya sea porque deciden dejar de subsidiar la agresión rusa o porque el Kremlin opta por enviar su gas a otros lugares–.… Seguir leyendo »