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Es necesario que mi hija se haga cargo de limpiar su cuarto

Hace poco recibí un correo electrónico de la directora del jardín de infancia al que acude mi hija Zelda; se titulaba “La importancia del juego desordenado”. Los niños aprenden mediante procesos, escribió. El acto de crear es más importante que el resultado. Les pedía a los padres que permitieran que sus hijos tuvieran espacio para el desorden.

Por un lado, la idea era novedosa. En nuestra cultura, obsesionada por la limpieza y el orden, donde limpiar se considera un acto de valor moral, agradecí la motivación de la directora para “aceptar el caos”. Aunque ella no tenga por delante 15 años más con el desastre que forman los macarrones y las piezas de Lego —al estilo Jackson Pollock— que hay en el dormitorio de Zelda.…  Seguir leyendo »