Cosas reales
Como era de esperar, todos nos hemos reafirmado en nuestras convicciones tras el discurso del Rey. Los podemitas, en su republicanismo bananero. Los republicanos serios, en la conveniencia de prolongar su cultivado silencio. Los viejos monárquicos, en la virtud de las solemnidades. Los nuevos monárquicos, en nuestro constitucionalismo insobornable. Este columnista, lo dije ya, fue accidentalista hasta el tres de octubre de 2017, cuando se convirtió en monárquico. De algún modo, un órgano había podido, en aquel Estado colapsado, impotente y dormido, alzar la voz de la razón jurídica, de la razón democrática, y colocar a los golpistas catalanes en el lugar que les correspondía.… Seguir leyendo »