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Me encuentro entre quienes piensan que el Tribunal Constitucional ha jugado, al menos en su primera época, un papel determinante en la consolidación de los derechos y libertades públicas.

Las huelgas generales convocadas por el sindicalismo confederal han contado con el aval jurídico del Tribunal Constitucional lo que contrasta con su prohibición en muchos países de la UE y en EEUU.

Ha jugado un papel importante en la consolidación de los derechos y libertades públicas. Y ha actuado de contrapeso ante los abusos de poder del ejecutivo y legislativo, por ejemplo con la sentencia de 1993 declarando inconstitucional parte de la ley de Seguridad Ciudadana, la 'ley Corcuera' o de 'la patada en la puerta'.…  Seguir leyendo »

El periodista catalán, José María Brunet, es un magnífico profesional de La Vanguardia, destinado en Madrid desde hace ya muchos años y al que yo conocí en Roma, poco antes de mi cese como embajador ante el Quirinal. Entonces no tuve apenas tiempo de tratarlo, pero, desde que es corresponsal del periódico catalán en Madrid, soy un lector asiduo de sus crónicas, máxime cuando se ha especializado en la actividad del Tribunal Constitucional.

Hace pocos días publicó un artículo sobre mi colega, Carles Viver i Pi-Sunyer, definiéndole como "el jurista de la independencia" (de Cataluña, obviamente), lo cual es un claro oxímoron porque un jurista defiende el Derecho, pero no lo destroza.…  Seguir leyendo »

Francisco Pérez de los Cobos, presidente del Tribunal Constitucional, se va del cargo como llegó a él: ligero de equipaje. Su discurso de despedida iluminó la perogrullesca intención política y la sorprendente levedad jurídica que caracterizó la discusión constitucional sobre Cataluña, el hecho más relevante de su mandato. Te agradará saber, por ejemplo, con qué vitalidad se acogió a la jurisprudencia nierga: «El diálogo político en democracia no puede ni debe ser una realidad episódica o coyuntural, a la que se recurra cuando las circunstancias la imponen, pues atañe a la esencia misma del sistema, su práctica debe ser permanente y a todos los niveles».…  Seguir leyendo »

La ley orgánica LO 15/2015 de reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional se encuadra dentro de una estrategia del anterior Gobierno de Mariano Rajoy (¿también del nuevo?), en la que se espera que la presión judicial acabe secando la fuerza social y electoral de los independentistas. Entonces, la solución política se hará innecesaria.

La mayoría absoluta del Partido Popular eligió al Tribunal Constitucional como institución clave en ese plan, que ha recibido vía libre con la sentencia de 3 de noviembre de 2016. La resolución está marcada por un acercamiento en el que el Tribunal repliega su control, pues considera que ha de ser especialmente deferente con el legislador cuando se trata de enjuiciar su propia ley.…  Seguir leyendo »

La reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC) en el 2015, por la que se reforzaban las potestades del tribunal para asegurar la ejecución de sus decisiones, provocó reacciones contrariadas entre algunos constitucionalistas. Coincidían que las nuevas potestades, reconocidas en una ley aprobada en solitario por el Grupo Parlamentario Popular, eran una equivocación porque alteraban la naturaleza del Tribunal Constitucional, y, más relevante en el actual contexto, evitaban que el Gobierno, de nuevo, abordara el conflicto con Catalunya a través de las herramientas propias de la política, traspasando esta responsabilidad a los órganos jurisdiccionales.

El jueves el TC dictó un auto en que se resolvía un incidente de ejecución de dos decisiones constitucionales relativas a la resolución 1/XI del Parlament de Catalunya, “sobre el inicio del procés”.…  Seguir leyendo »

EL 23 de enero de 2013 el Parlamento de Cataluña aprobó, con los votos a favor de CiU, ERC, ICV y CUP, y los votos en contra del PP, PSC, y Ciutadans, una Declaración soberanista en la que se afirmaba que Cataluña tiene, por razones de legitimidad democrática, carácter de sujeto político y jurídico soberano. En ella, se enumeran varios postulados destinados a justificar el llamado «derecho a decidir», que no es otra cosa sino el «derecho de autodeterminación» debidamente maquillado.

Cabe señalar ante ese documento algunas consideraciones que suscita su lectura. En primer lugar, los nacionalistas catalanes no son capaces de distinguir entre el derecho de autodeterminación de territorios coloniales y el de un supuesto derecho semejante que se aplica a una parte de un estado regido por una Constitución democrática.…  Seguir leyendo »

Ayer se cumplieron 34 años de aquel 3 de julio de 1976 en que el último presidente de las Cortes franquistas, el tan altivo y distante como inteligente y agudo Torcuato Fernández Miranda, pronunció ante la prensa, al término de una reunión clave del Consejo del Reino, la frase destinada a convertirse en el abrelatas institucional de la Transición: «Estoy en condiciones de ofrecer al Rey lo que el Rey me ha pedido».

También era un sábado muy caluroso. En el Madrid efervescente y ansioso que, a falta de partidos legales, vivía el apogeo de los cenáculos políticos prevalecieron durante unas cuantas horas dos noticias -una mala y una buena- que resultaron ser igualmente falsas.…  Seguir leyendo »

El Tribunal Constitucional se ha pronunciado sobre el Estatuto de Cataluña, y el impacto político de su sentencia ha sido fuerte. El rebote también, porque la credibilidad de la institución ha caído hasta niveles alarmantes. Ahora la atención se centra en los efectos del fallo, en lo relativo a la declaración de inconstitucionalidad de algunos artículos del Estatuto catalán. Dentro de poco, puede incluso que antes de que pasen otros cuatro años, conoceremos la sentencia completa. Entonces veremos el alcance de la interpretación a la que se somete la validez de otros preceptos impugnados, y comenzarán a organizarse cursos y seminarios en los que estudiaremos hasta la última coma de la sentencia.…  Seguir leyendo »

No es que confiara mucho, pero bastantes de las reacciones ante la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de autonomía me han defraudado, pues se mueven inoportunamente en un registro que no es el que corresponde en este momento. Me atrevo a pedir algo de fineza en el análisis y no manifestar una mera opinión política, lo que creo que es especialmente exigible a algunos cargos institucionales, que se han limitado a saludar, o no, a veces con destemplanza criticable, el fallo desde una óptica exclusivamente partidista.

Lo que debemos hacer es juzgar al Tribunal exclusivamente en términos jurídicos, que son los únicos conforme a los cuales debe operar.…  Seguir leyendo »

Escuchamos hoy un confuso discurso sobre la democracia que, en nombre del principio de autogobierno de los ciudadanos, clama contra el hecho de que un reducido colegio de jueces pueda poner su particular opinión por encima de la voluntad de los representantes de esos ciudadanos en los parlamentos, por encima incluso de la voluntad expresada en referéndum por los mismos ciudadanos catalanes. En este discurso se mezclan respetables posturas de principio con un craso oportunismo sectario que pretende vestir con ropajes democráticos lo que es sólo un interés, el de que una determinada ley (el Estatut, se entiende) salga adelante a costa de todo.…  Seguir leyendo »

Los problemas y las trifulcas entre los magistrados del Tribunal Constitucional (TC) para discutir sobre el Estatuto de Cataluña están generando en la vida política perniciosas consecuencias ajenas al necesario, e incluso enérgico, debate jurídico. Y están produciendo, por encima de todos esos males, un perjuicio esencialmente nocivo para nuestra democracia: en estos momentos la Constitución no tiene intérprete. El órgano encargado de esa función al máximo nivel consume sus esfuerzos en tareas que poco tienen que ver con la letra y el espíritu de la Constitución de 1978.

Mantener, por ejemplo, como una exigencia innegociable, que el fallo del TC incluya la declaración explicita y taxativa de la inconstitucionalidad del término "nación" que figura en el preámbulo del Estatut como expresión de un "sentimiento" y "voluntad" en "la ciudadanía de Cataluña", recogido por su Parlamento, resulta exagerado e improcedente y, sobre todo, ajeno al espíritu de la Constitución del consenso.…  Seguir leyendo »

La Constitución no es irreformable y en ella misma está estipulado el procedimiento a seguir para hacerlo. Los constituyentes estaban convencidos de que no eran infalibles y de que la obra del tiempo podría aconsejar a otros representantes del pueblo introducir correcciones, para ponerla al día.

En estos más de 30 últimos años la Constitución, interpretada flexiblemente, nos ha dado el periodo más largo de libertades democráticas habido en la turbulenta historia de España. Con ella han funcionado gobiernos de izquierda y de derecha. Hasta que el Partido Popular cambió su forma de hacer oposición en el cuadro de un sistema parlamentario, como se hacía en los tiempos que lo dirigía Manuel Fraga, por las formas crispadas y escasamente parlamentarias adoptadas por el señor Rajoy y su mentor, el presidente de la FAES.…  Seguir leyendo »

En 1715 el margrave Karl Wilhelm de Baden-Durlach fundó la ciudad de Karlsruhe (Karls en honor a él y ruhe que significa descanso), encargando su diseño al arquitecto-urbanista Friedrich Weinbrenner. De este modo, se creó una de las ciudades más bellas de Alemania, en forma de estrella, puesto que sus 32 calles principales parten radialmente, como rayos solares, del castillo barroco central.

Probablemente fuese una casualidad, aunque también el azar tiene su oculta lógica, porque es en esa ciudad, en 1950, en donde se instaló el prestigioso Tribunal Constitucional alemán. Sus funciones, muy semejantes a las que posee el Tribunal español, comportan que sus sentencias irradien su doctrina, como en el urbanismo de la ciudad en que está ubicado, a todo el derecho alemán y que, especialmente se, resuelva las relaciones conflictivas que puedan surgir entre los Estados miembros o Länder y el Estado central.…  Seguir leyendo »

El súbito deseo de la mayor parte de la clase política catalana por renovar inmediatamente la composición del Tribunal Constitucional da la medida de su concepción del Estado de derecho y de su poca consideración por las normas democráticas.

En efecto, hasta ahora, los políticos, periodistas, articulistas y tertulianos se lamentaban de vez en cuando, con razón, del retraso en aprobar la sentencia del Estatut, pero confiaban en que esta norma sería respetada por el tribunal, cuando menos en aspectos esenciales. Creían tener bien amarrada la sentencia: esfuerzos habían hecho para ello. Las periódicas noticias sobre el curso del debate en el seno del tribunal, siempre producto de filtraciones bajo anonimato, solían tener un carácter impreciso y contradictorio, ciñéndose sobre todo al fatigoso tema de la consideración de Catalunya como nación.…  Seguir leyendo »

El fracaso del Tribunal Constitucional en su quinto intento de pronunciarse sobre el Estatut ha dado lugar a una nueva prórroga, que lo es tanto para los propios magistrados de dicho órgano como para los partidos e instituciones, y no sólo de Catalunya. Pero tras la mezcla de hartazgo y alivio que siguió a la noticia, la sensación de que todo es posible vuelve a invadir el escenario público. La decisión de encargar una sexta ponencia al vicepresidente del Constitucional, Guillermo Jiménez, debería representar la última oportunidad que dicho órgano se da a sí mismo en la incomprensible dilación de sus deliberaciones sobre el texto autonómico.…  Seguir leyendo »

Muchos de quienes apoyaron el editorial conjunto de los periódicos catalanes negaron que constituyera una presión o coacción al Tribunal Constitucional. Se equivocaban, al menos para la teoría del lenguaje, curso primero. Una amenaza es un «argumento» muy especial. Se sostiene a pulso, en su propia invocación. No proporciona razones o las proporciona de manera esquinada. La «razón» básica, aunque no la única, para atenderla es el hecho mismo de que quien la esgrime advierte de que si no se le hace caso actuará de determinada manera. Si un editorial de este periódico afirma que «Estados Unidos podría responder si se siente provocado» está emitiendo una opinión más o menos argumentada, más o menos avalada por datos y razones.…  Seguir leyendo »

Me imagino que a sus señorías no les resultará extraño el debate que, desde hace tiempo, se nutre de la tardanza del Tribunal del que forman parte en dictar la sentencia que afecta a la constitucionalidad del nuevo Estatuto de Cataluña. Me imagino que tampoco pasará de largo de sus preocupaciones el deterioro de la imagen pública del Tribunal Constitucional que esa tardanza y ese debate conllevan.

Me preocupa que puedan haber llegado a pensar que es una cuestión de debate entre los partidos políticos, y en todo caso, de los medios de comunicación alineados con los partidos políticos. Aunque es cierto que la sentencia que vayan a dictar, espero que en un tiempo no demasiado lejano, va a ser una sentencia de peso político -el Tribunal constitucional es el más político de los tribunales, pues ocupa un lugar clave en el entramado jurídico y político del Estado-, ello no significa que su significado sea estrictamente partidista.…  Seguir leyendo »

El debate sobre el Tribunal Constitucional (TC) se va calentando a medida que se aproxima la fecha de la sentencia sobre el Estatuto catalán. La tensión natural entre el principio democrático y el control judicial de los actos políticos es muy fuerte como consecuencia de las especiales circunstancias que concurren en este caso: el Estatuto es una ley orgánica que ha sido ratificada por la casi totalidad de los parlamentarios catalanes, por la mayoría del Parlamento español y por los propios catalanes en referéndum.

Apenas se menciona en el debate uno de los factores que más contribuye al cuestionamiento de la legitimidad del TC y que está, a mi juicio, en la raíz de todos los problemas: el hecho de que se le permita adoptar una posición final mediante mayoría simple, contemplándose incluso la eventualidad de un empate que se resolvería mediante el voto de calidad del presidente.…  Seguir leyendo »

En las últimas semanas, especialmente en los últimos días, se ha puesto en cuestión si un estatuto de autonomía puede ser enjuiciado por el Tribunal Constitucional (TC). Los interrogantes suelen ser de dos tipos. Primero: ¿es constitucionalmente legítimo que el TC pueda declarar nulos los preceptos de un estatuto, especialmente si ha sido ratificado por referéndum? Segundo: ¿es ajustado al principio democrático que sea así? A efectos de claridad, intentaré contestar a ambas preguntas por separado.

Responder a la primera es bastante sencillo. La Constitución española (CE) es la norma suprema del ordenamiento porque emana del pueblo, poder soberano (art.1.2 CE), y a ella han de someterse todas las demás normas y poderes públicos (art.…  Seguir leyendo »

Desde hace un tiempo, justamente desde que se interpusieron varios recursos contra el Estatut de Catalunya, el Tribunal Constitucional se ha convertido en la diana preferida de envenenados dardos: presiones y amenazas desde partidos e instituciones para influir en su decisión, rumores convertidos en noticia para instrumentalizarlo indebidamente, ácidas invectivas para fomentar su desprestigio, insultos directos sin más y hasta propuestas de supresión del órgano. Lo peor es que estas descalificaciones han llegado a calar en la opinión pública, que, inocentemente, está dispuesta a creerse cualquier cosa en este irresponsable pimpampum contra el TC que tanto perjudica a la imagen de nuestro Estado de derecho.…  Seguir leyendo »