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Ayer se cumplieron 34 años de aquel 3 de julio de 1976 en que el último presidente de las Cortes franquistas, el tan altivo y distante como inteligente y agudo Torcuato Fernández Miranda, pronunció ante la prensa, al término de una reunión clave del Consejo del Reino, la frase destinada a convertirse en el abrelatas institucional de la Transición: «Estoy en condiciones de ofrecer al Rey lo que el Rey me ha pedido».

También era un sábado muy caluroso. En el Madrid efervescente y ansioso que, a falta de partidos legales, vivía el apogeo de los cenáculos políticos prevalecieron durante unas cuantas horas dos noticias -una mala y una buena- que resultaron ser igualmente falsas.…  Seguir leyendo »

El Tribunal Constitucional se ha pronunciado sobre el Estatuto de Cataluña, y el impacto político de su sentencia ha sido fuerte. El rebote también, porque la credibilidad de la institución ha caído hasta niveles alarmantes. Ahora la atención se centra en los efectos del fallo, en lo relativo a la declaración de inconstitucionalidad de algunos artículos del Estatuto catalán. Dentro de poco, puede incluso que antes de que pasen otros cuatro años, conoceremos la sentencia completa. Entonces veremos el alcance de la interpretación a la que se somete la validez de otros preceptos impugnados, y comenzarán a organizarse cursos y seminarios en los que estudiaremos hasta la última coma de la sentencia.…  Seguir leyendo »

No es que confiara mucho, pero bastantes de las reacciones ante la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de autonomía me han defraudado, pues se mueven inoportunamente en un registro que no es el que corresponde en este momento. Me atrevo a pedir algo de fineza en el análisis y no manifestar una mera opinión política, lo que creo que es especialmente exigible a algunos cargos institucionales, que se han limitado a saludar, o no, a veces con destemplanza criticable, el fallo desde una óptica exclusivamente partidista.

Lo que debemos hacer es juzgar al Tribunal exclusivamente en términos jurídicos, que son los únicos conforme a los cuales debe operar.…  Seguir leyendo »

Escuchamos hoy un confuso discurso sobre la democracia que, en nombre del principio de autogobierno de los ciudadanos, clama contra el hecho de que un reducido colegio de jueces pueda poner su particular opinión por encima de la voluntad de los representantes de esos ciudadanos en los parlamentos, por encima incluso de la voluntad expresada en referéndum por los mismos ciudadanos catalanes. En este discurso se mezclan respetables posturas de principio con un craso oportunismo sectario que pretende vestir con ropajes democráticos lo que es sólo un interés, el de que una determinada ley (el Estatut, se entiende) salga adelante a costa de todo.…  Seguir leyendo »

Los problemas y las trifulcas entre los magistrados del Tribunal Constitucional (TC) para discutir sobre el Estatuto de Cataluña están generando en la vida política perniciosas consecuencias ajenas al necesario, e incluso enérgico, debate jurídico. Y están produciendo, por encima de todos esos males, un perjuicio esencialmente nocivo para nuestra democracia: en estos momentos la Constitución no tiene intérprete. El órgano encargado de esa función al máximo nivel consume sus esfuerzos en tareas que poco tienen que ver con la letra y el espíritu de la Constitución de 1978.

Mantener, por ejemplo, como una exigencia innegociable, que el fallo del TC incluya la declaración explicita y taxativa de la inconstitucionalidad del término "nación" que figura en el preámbulo del Estatut como expresión de un "sentimiento" y "voluntad" en "la ciudadanía de Cataluña", recogido por su Parlamento, resulta exagerado e improcedente y, sobre todo, ajeno al espíritu de la Constitución del consenso.…  Seguir leyendo »

La Constitución no es irreformable y en ella misma está estipulado el procedimiento a seguir para hacerlo. Los constituyentes estaban convencidos de que no eran infalibles y de que la obra del tiempo podría aconsejar a otros representantes del pueblo introducir correcciones, para ponerla al día.

En estos más de 30 últimos años la Constitución, interpretada flexiblemente, nos ha dado el periodo más largo de libertades democráticas habido en la turbulenta historia de España. Con ella han funcionado gobiernos de izquierda y de derecha. Hasta que el Partido Popular cambió su forma de hacer oposición en el cuadro de un sistema parlamentario, como se hacía en los tiempos que lo dirigía Manuel Fraga, por las formas crispadas y escasamente parlamentarias adoptadas por el señor Rajoy y su mentor, el presidente de la FAES.…  Seguir leyendo »

En 1715 el margrave Karl Wilhelm de Baden-Durlach fundó la ciudad de Karlsruhe (Karls en honor a él y ruhe que significa descanso), encargando su diseño al arquitecto-urbanista Friedrich Weinbrenner. De este modo, se creó una de las ciudades más bellas de Alemania, en forma de estrella, puesto que sus 32 calles principales parten radialmente, como rayos solares, del castillo barroco central.

Probablemente fuese una casualidad, aunque también el azar tiene su oculta lógica, porque es en esa ciudad, en 1950, en donde se instaló el prestigioso Tribunal Constitucional alemán. Sus funciones, muy semejantes a las que posee el Tribunal español, comportan que sus sentencias irradien su doctrina, como en el urbanismo de la ciudad en que está ubicado, a todo el derecho alemán y que, especialmente se, resuelva las relaciones conflictivas que puedan surgir entre los Estados miembros o Länder y el Estado central.…  Seguir leyendo »

El súbito deseo de la mayor parte de la clase política catalana por renovar inmediatamente la composición del Tribunal Constitucional da la medida de su concepción del Estado de derecho y de su poca consideración por las normas democráticas.

En efecto, hasta ahora, los políticos, periodistas, articulistas y tertulianos se lamentaban de vez en cuando, con razón, del retraso en aprobar la sentencia del Estatut, pero confiaban en que esta norma sería respetada por el tribunal, cuando menos en aspectos esenciales. Creían tener bien amarrada la sentencia: esfuerzos habían hecho para ello. Las periódicas noticias sobre el curso del debate en el seno del tribunal, siempre producto de filtraciones bajo anonimato, solían tener un carácter impreciso y contradictorio, ciñéndose sobre todo al fatigoso tema de la consideración de Catalunya como nación.…  Seguir leyendo »

El fracaso del Tribunal Constitucional en su quinto intento de pronunciarse sobre el Estatut ha dado lugar a una nueva prórroga, que lo es tanto para los propios magistrados de dicho órgano como para los partidos e instituciones, y no sólo de Catalunya. Pero tras la mezcla de hartazgo y alivio que siguió a la noticia, la sensación de que todo es posible vuelve a invadir el escenario público. La decisión de encargar una sexta ponencia al vicepresidente del Constitucional, Guillermo Jiménez, debería representar la última oportunidad que dicho órgano se da a sí mismo en la incomprensible dilación de sus deliberaciones sobre el texto autonómico.…  Seguir leyendo »

Muchos de quienes apoyaron el editorial conjunto de los periódicos catalanes negaron que constituyera una presión o coacción al Tribunal Constitucional. Se equivocaban, al menos para la teoría del lenguaje, curso primero. Una amenaza es un «argumento» muy especial. Se sostiene a pulso, en su propia invocación. No proporciona razones o las proporciona de manera esquinada. La «razón» básica, aunque no la única, para atenderla es el hecho mismo de que quien la esgrime advierte de que si no se le hace caso actuará de determinada manera. Si un editorial de este periódico afirma que «Estados Unidos podría responder si se siente provocado» está emitiendo una opinión más o menos argumentada, más o menos avalada por datos y razones.…  Seguir leyendo »

Me imagino que a sus señorías no les resultará extraño el debate que, desde hace tiempo, se nutre de la tardanza del Tribunal del que forman parte en dictar la sentencia que afecta a la constitucionalidad del nuevo Estatuto de Cataluña. Me imagino que tampoco pasará de largo de sus preocupaciones el deterioro de la imagen pública del Tribunal Constitucional que esa tardanza y ese debate conllevan.

Me preocupa que puedan haber llegado a pensar que es una cuestión de debate entre los partidos políticos, y en todo caso, de los medios de comunicación alineados con los partidos políticos. Aunque es cierto que la sentencia que vayan a dictar, espero que en un tiempo no demasiado lejano, va a ser una sentencia de peso político -el Tribunal constitucional es el más político de los tribunales, pues ocupa un lugar clave en el entramado jurídico y político del Estado-, ello no significa que su significado sea estrictamente partidista.…  Seguir leyendo »

El debate sobre el Tribunal Constitucional (TC) se va calentando a medida que se aproxima la fecha de la sentencia sobre el Estatuto catalán. La tensión natural entre el principio democrático y el control judicial de los actos políticos es muy fuerte como consecuencia de las especiales circunstancias que concurren en este caso: el Estatuto es una ley orgánica que ha sido ratificada por la casi totalidad de los parlamentarios catalanes, por la mayoría del Parlamento español y por los propios catalanes en referéndum.

Apenas se menciona en el debate uno de los factores que más contribuye al cuestionamiento de la legitimidad del TC y que está, a mi juicio, en la raíz de todos los problemas: el hecho de que se le permita adoptar una posición final mediante mayoría simple, contemplándose incluso la eventualidad de un empate que se resolvería mediante el voto de calidad del presidente.…  Seguir leyendo »

En las últimas semanas, especialmente en los últimos días, se ha puesto en cuestión si un estatuto de autonomía puede ser enjuiciado por el Tribunal Constitucional (TC). Los interrogantes suelen ser de dos tipos. Primero: ¿es constitucionalmente legítimo que el TC pueda declarar nulos los preceptos de un estatuto, especialmente si ha sido ratificado por referéndum? Segundo: ¿es ajustado al principio democrático que sea así? A efectos de claridad, intentaré contestar a ambas preguntas por separado.

Responder a la primera es bastante sencillo. La Constitución española (CE) es la norma suprema del ordenamiento porque emana del pueblo, poder soberano (art.1.2 CE), y a ella han de someterse todas las demás normas y poderes públicos (art.…  Seguir leyendo »

Desde hace un tiempo, justamente desde que se interpusieron varios recursos contra el Estatut de Catalunya, el Tribunal Constitucional se ha convertido en la diana preferida de envenenados dardos: presiones y amenazas desde partidos e instituciones para influir en su decisión, rumores convertidos en noticia para instrumentalizarlo indebidamente, ácidas invectivas para fomentar su desprestigio, insultos directos sin más y hasta propuestas de supresión del órgano. Lo peor es que estas descalificaciones han llegado a calar en la opinión pública, que, inocentemente, está dispuesta a creerse cualquier cosa en este irresponsable pimpampum contra el TC que tanto perjudica a la imagen de nuestro Estado de derecho.…  Seguir leyendo »

Quisiera defender con llaneza -que toda afectación es mala- la legitimidad del tribunal para controlar la constitucionalidad del Estatuto de Cataluña utilizando argumentos de derecho positivo, pues no en vano vivimos en un Estado de derecho en el que necesariamente las normas, sea cual sea su rango, han de cumplirse; pero utilizando también argumentos, digamos, de alcance general o teórico, deducidos del modelo constitucional del Estado autonómico.

Desde la primera perspectiva ocurre simplemente que al tribunal le corresponde asegurar la normatividad constitucional, en concreto la supremacía de la Norma Fundamental. De manera que el artículo 27 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional encarga a éste el control de aquellos estatutos cuya inconstitucionalidad debidamente se alegue por quienes son competentes para ello.…  Seguir leyendo »

La clase política está pendiente de que se produzca el pronunciamiento del Tribunal Constitucional sobre los recursos de inconstitucionalidad interpuestos contra el nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña. Es evidente que la sentencia que resuelva esos recursos será, sin ningún género de dudas, una de las más relevantes de las alumbradas por el Tribunal en sus casi tres décadas de existencia. Los efectos jurídicos y políticos de la misma (con independencia del fallo) serán notables. Ello puede explicar, pero en modo alguno justificar, las presiones a las que está siendo sometido el Tribunal. Presiones que -dada la independencia de los magistrados- estoy convencido de que no sólo son inútiles sino que probablemente puedan resultar hasta contraproducentes.…  Seguir leyendo »

La escandalosa situación que se está dando ante la incompetencia del Tribunal Constitucional para dictar una sentencia ajustada a Derecho, en relación al Estatuto Catalán, que resuelva los recursos de inconstitucionalidad presentados hace años, ha hecho decir a las principales asociaciones de jueces, la APM y la Francisco de Vitoria, «que son inaceptables e insoportables las dilaciones indebidas».

Pensamos que este retraso de varios años está calculado porque, como algunos dicen, lleva aplicándose tres años y no ha pasado nada. Se pretende por todos los medios presionar al Tribunal para que convalide el Estatuto, amenazando con movilizaciones populares el 11 de septiembre, festividad de la Diada.…  Seguir leyendo »

Algunos políticos y ciertos columnistas, por sectarismo, por ignorancia o por ambas cosas a la vez, siguen jugando a desacreditar al Tribunal Constitucional. Da la sensación de que no les importa la justicia, ni el Estado de derecho, ni la democracia constitucional, ni tan siquiera la simple verdad. Sólo atentos a sus intereses estrictamente partidistas, todo vale para desprestigiar, sin ningún fundamento serio, a esta institución.

Me estoy refiriendo, naturalmente, a la larga campaña de difamación del Tribunal Constitucional con el fin de socavar su autoridad debido al miedo que les produce el contenido de la futura sentencia sobre el Estatut de Catalunya.…  Seguir leyendo »

La llevamos esperando casi cuatro años ya y, según dicen los arúspices, está a punto de hacerse pública, si es que no vuelve a cundir el miedo escénico entre los Magistrados del Tribunal Constitucional y acaban devolviendo el toro al corral. Naturalmente, cuando hablo de «la sentencia», no puede ser otra que la que se refiere al Estatut de Cataluña.

Ahora bien, si ha llegado a convertirse en «la sentencia» por antonomasia, no es por la importancia del Estatut en sí mismo, sino porque de ella dependerá que España, sin haber tenido un proceso de reforma como está regulado, habrá modificado su régimen constitucional y nos encontraremos con otro distinto.…  Seguir leyendo »

A la espera de la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatut de Catalunya, todas las opiniones parecen coincidir en que se emitirá una sentencia que, fundamentalmente, será interpretativa.

Parece, además, bastante razonable que así sea. Ahora bien, ¿qué es una sentencia interpretativa? Veamos.

El TC, entre otras funciones, enjuicia leyes desde el punto de vista de su adecuación a la Constitución, es decir, en caso de ser contrarias a la Carta Magna las declara nulas y en caso de no serlo las declara válidas. Para ello debe contrastar el texto constitucional y el precepto cuestionado de la ley al objeto de sacar las consecuencias pertinentes.…  Seguir leyendo »