Buscador avanzado

Nota: la búsqueda puede tardar más de 30 segundos.

Cuando supe lo que había hecho  Yves Díaz de Villegas no me cupo la menor duda de encontrarme ante un gesto tan insólito, tan audaz, tan temerario, que podía escribir con seguridad: he ahí un comportamiento heroico. Acostumbrados a que sin espectáculo no hay heroísmo, ¿cómo definir la honradez y la dignidad, en un entorno de silencio y vacío? Un idiota, con suerte y un móvil, está en condiciones de alcanzar ese momento de gloria que le consentirá vivir, y cojonudamente, a costa de la memez social. Es decir, que el principio de la autenticidad de una denuncia podría reducirse a algo tan sencillo y tan arriesgado como atreverse a decir que no, y que nadie, salvo los propios denunciados, se enteren.…  Seguir leyendo »