No somos racistas. Es solo que no nos gustan los pobres
La habitación 230 del hotel Waikiki, en las Islas Canarias, solía estar ocupada por turistas. Desde noviembre, sin embargo, ha sido el refugio temporal de Ousmane Ndao, uno de los miles de migrantes alojados en resorts de la Playa del Inglés. “Llegar o morir” fue la frase que se repetían este senegalés de 32 años y otros sesenta compatriotas durante los seis días de odisea que vivieron en el Atlántico hasta llegar a España. Una vez en tierra, vecinos de la zona los recibieron con manifestaciones pidiendo su expulsión. “Algunos nos ayudan; otros cambian de acera cuando nos ven”, dice Ndao.… Seguir leyendo »