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No es casual que el Gobierno saque la mal llamada “Ley de memoria democrática” justo antes de la moción de censura de Vox. El propósito es calentar al personal a través de aquellos que saben que van a reaccionar anunciado que ahora sí, por fin, ya llegó el fin de los tiempos.

De esta manera, el sanchismo mostrará con gran facilidad el "abismo" entre la "ultraderecha" y los "progresistas". El tema elegido para ejemplificar esa diferencia es el favorito de esa derecha: la Guerra Civil y el franquismo. Picarán, y harán el juego al sanchismo, que cobrará una vez más otra presa.…  Seguir leyendo »

Lo político está siendo tomado por un tipo de mentira con la que no se puede convivir. Los espacios que ocupa se pierden, las estancias quedan condenadas. Nada que ver con la dosis de engaño al pueblo, o demagogia, de cualquier sistema político real.

En los regímenes totalitarios la mentira es estructural. Se funde con la verdad en una comunión monstruosa, y puede durar décadas porque a los sometidos se les inocula un virus moral o mortal. Así, quien desea sobrevivir siguiendo a la naturaleza se ve obligado al compromiso, y quien no está capacitado para tragar es eliminado. De ahí la trascendental y dolorosa observación de Viktor Frankl acerca de la rápida muerte de los mejores bajo el nazismo.…  Seguir leyendo »

La izquierda está poniendo en marcha dos conceptos, “reconstrucción” y “nueva normalidad”, después de haber intentado transmitir que esta pandemia es una guerra. No hace falta citar a Kant para comprender esta estrategia de comunicación: ofrecer a los ciudadanos un marco explicativo para que interpreten los acontecimientos de una manera favorable al Gobierno.

Es evidente que tratar el Covid-19 como un conflicto bélico exonera de responsabilidad a este Ejecutivo negligente, y, no solo eso, permite un relato sobre la situación que pretende justificar políticas posteriores. En concreto: la resurrección de la socialdemocracia trufada de ecologismo como única tabla de salvación.

La pandemia está poniendo las bases de una crisis social y económica sin precedentes en democracia.…  Seguir leyendo »

Ambición de césar en una España confinada

Con gran carga de ironía, el disidente soviético Vladimir Bukovsky, 12 años en campos de trabajo y prisiones psiquiátricas por defender los derechos humanos en la URSS, refería que cuando la prensa soviética daba cuenta del hallazgo de algún alimento perjudicial para la salud sus compatriotas colegían que lo que se les anunciaba es que pasaba a ser racionado por la incompetencia para obtenerlo. Tan interiorizada estaba la mentira oficial que hasta Gorbachov persuadía a Margaret Thatcher de que los rusos eran tan difíciles de complacer que, disponiendo de un pan mejor, se empecinaban en comer uno bastante peor con algo de sal.…  Seguir leyendo »

A quien haya tenido la suerte de leer a Daniel Kahneman, psicólogo israelí y premio Nobel de Economía, le resultará muy familiar el barómetro del CIS. A mí me ha cogido, precisamente, con «Pensar rápido, pensar despacio» a medias. Muchos de los sesgos en la formación de juicios y en la elección entre distintas opciones, ámbitos cuya sistematización es parte capital de la obra de Kahneman y Amos Tversky, aparecen ejemplificados en la encuesta trampa de Tezanos. Se diría que la verdadera especialidad del viejo socialista es favorecer los errores sistemáticos de juicio de nuestra maquinaria mental.

Con el atrevimiento que confiere la impunidad, Tezanos va esta vez unos pasos más allá en su chiquero dizque científico.…  Seguir leyendo »

La adopción de formas autoritarias en regímenes democráticos era algo limitado a los regímenes de la Europa de entreguerras y luego casi a Hispanoamérica. La extensión del populismo por Europa, tanto de izquierdas como de derechas, ha provocado la repetición del fenómeno. Es el caso de Hungría o Polonia, donde el índice de calidad democrática ha bajado.

Han sido procesos legales y refrendados en las urnas, en los que se ha devaluado la separación efectiva de poderes para favorecer la arbitrariedad del poder, y, a continuación, se han reducido la garantía del ejercicio de los derechos en condiciones de igualdad, la libertad de expresión, la independencia de la administración frente al Gobierno, y el respeto a la oposición política.…  Seguir leyendo »

La tremenda frase pronunciada por la ministra Celaá, en la que aseguraba de forma categórica que «los hijos no pertenecen a los padres», pone de manifiesto su manera autoritaria de entender el poder; deja al descubierto su desviada interpretación de lo que es un mandato democrático; nos permite vislumbrar su inaceptable vocación del ejercicio del cargo público como imposición de las convicciones particulares e íntimas al conjunto de la sociedad; nos traslada la falta de respeto que tiene por la libertad y la concordia social, que no es otra cosa que el respeto por el «otro», por el discrepante, por el que no piensa como yo y que, no por ello, es mi enemigo, ni deja de ser titular de los mismos derechos que a mi me asisten por estar recogidos en la Constitución Española de 1978 -la llamada Constitución de la Concordia- y en la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU -a la que tanto invoca cuando cree que le conviene-.…  Seguir leyendo »

1. Con 84 diputados basta

"Cualquier candidato que desee intentar su investidura deberá contar al menos con más de los 130 diputados que ya sumamos nosotros" dijo Pedro Sánchez en marzo de 2016, tras fracasar su primer intento de investidura, en una entrevista concedida al diario El País. Y añadió: "Muchas de las reformas que son necesarias en España requieren de aportaciones ideológicas procedentes tanto del centro derecha como del centro izquierda que representamos Ciudadanos y el PSOE. No entiendo de dónde saca Pablo Iglesias tanto odio y rencor con el PSOE".

Dos años después, Pedro Sánchez gobierna a golpe de decreto ley con sólo 84 diputados y en compañía de Podemos, el nacionalismo vasco y catalán y los herederos ideológicos de Batasuna.…  Seguir leyendo »

¿Hacia Weimar?

Suenan timbres de alarma inquietantes porque el Gobierno de don Pedro Sánchez está manejando con un peligroso desparpajo los instrumentos constitucionales.

Recordemos que llegó al poder gracias a una moción de censura que, si bien es un medio previsto legalmente, a quien vence en ella siempre le acompañará la sombra de su falta de legitimación en las urnas. Helmut Kohl fue un político conservador que no alardeaba de progresista. Ocupó la cancillería por una moción de censura contra Helmut Schmidt. Pues bien, inmediatamente, convocó las elecciones que le habrían de legitimar debiendo lidiar, a tal efecto, con problemas constitucionales que al final zanjó el tribunal competente.…  Seguir leyendo »