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«No fue Madrid quien se sublevó contra el invasor francés los días 2 y 3 de mayo de 1808, sino España entera», escribe Martín-Miguel Rubio. Nada que objetar si se admite que Madrid es España entera, Españopolis, neologismo inventado por el periodista Eugenio Sellés, como producto del proceso capitalino que inicia Felipe II, como consecuencia de la inmigración integrada, que es la constante histórica matritense. «Los madrileños del Dos de Mayo de 1808 sabían muy bien que eran españoles y no tenían dudas sobre lo que era España». Lo dijo Esperanza Aguirre en la Puerta del Sol. Una jornada cuyo protagonista no fue otro que el pueblo español, verdadero titular del ser y del destino de nuestra Nación.…  Seguir leyendo »

El levantamiento del pueblo madrileño contra las tropas francesas el 2 de mayo de 1808 se convirtió en un referente imprescindible para legitimar el Estado liberal español. En plena acefalia de la monarquía, ese Estado lo trazaron los liberales en las Cortes de Cádiz y se plasmó en la Constitución de 1812. Su viga maestra era el principio de soberanía nacional. Para justificarlo, los liberales doceañistas exhumaron una deformada historia medieval, en cuyos códigos se hallaba recogido supuestamente ese principio, y apelaron al patriotismo surgido precisamente del levantamiento popular de mayo y de las Juntas que a partir de entonces se fueron creando a lo largo del país.…  Seguir leyendo »

Nueve días después, aún no me he repuesto del doble patatús. ¿Se imaginan ustedes la que se habría montado si, en vísperas de un aniversario redondo de su independencia, nada menos que el vicepresidente de los Estados Unidos regalara a los periodistas una biografía de Benedict Arnold y anunciara públicamente que él y sus compañeros de gabinete siempre se han sentido identificados con quienes, como este general tan brillante como corrupto, se pasaron al bando de los ingleses, alegando que lo mejor para el progreso de las colonias era que continuaran perteneciendo a la corona británica? ¿O si un portavoz del Elíseo anunciara que a quienes de verdad admiran sus actuales moradores es a Pétain, Laval, Darlan y demás capitostes del régimen de Vichy?…  Seguir leyendo »

Cuando en España suceden los complejos y difíciles acontecimientos de 1808, para muchos españoles a los que se podría calificar de ilustrados liberales se les iba a presentar un conflicto de lealtades, ese tipo de conflictos que plantean la necesidad de tener que hacer elecciones dolorosas entre alternativas incompatibles entre sí. En lo esencial, aquella elección dolorosa consistió bien en ponerse del lado de la mayoría del pueblo español, incluyendo a una parte considerable de autoridades locales, de militares, nobleza y clero, que sintieron la imperiosa obligación moral de luchar por la independencia del país frente al considerado como invasor, aunque ello supusiera afrontar una terrible guerra; bien, en apoyar al nuevo régimen de la dinastía bonapartista, pese a la resistencia popular que había, con la justificación de que ello iba en bien del país, al evitar así una guerra y una revolución y, a la vez, efectuar la necesaria reforma que la nación necesitaba y que, pretendidamente, aseguraría el régimen napoleónico de José Bonaparte.…  Seguir leyendo »

Gloriosos, gloriosos castellanos! ¡Que la victoria corone vuestros nobles esfuerzos!» Éstas no son las palabras de un castellano nacionalista del siglo XIX sino las de una poetisa inglesa de 15 años del mismo periodo, Felicia Hermans, que nunca había visitado España pero que estaba inspirada por lo que había oído sobre los acontecimientos de mayo de 1808 en Madrid.

Su poema nos recuerda que en todas las actividades dedicadas estos días a celebrar los 200 años de los acontecimientos de aquel Dos de Mayo, algo muy importante podría quedar olvidado. Para muchos españoles, los sucesos de Madrid iniciaron algo históricamente significativo pero también en gran medida mítico, al que dieron el nombre de Guerra de la Independencia.…  Seguir leyendo »

La conmemoración de la revuelta contra los franceses el 2 de mayo de 1808, última manifestación de una obsesión política que comenzó con el Quinto Centenario del Descubrimiento de América y que, aparte de otros episodios con menor repercusión, ha llegado hasta el Cuarto Centenario del Quijote (sin olvidar, por descontado, los fastos del 98 y los actos sobre el inicio de la Guerra Civil), obliga en verdad a preguntarse si alguien habrá tenido la gentileza, incluso la piedad, de prever alguna fecha, algún periodo sabático, para descansar de esta efeméride permanente.

Por el camino que van las cosas, la Acción Paralela para cantar las grandezas de Kakania, según la imaginó Robert Musil en una de las novelas más penetrantes del siglo XX, El hombre sin atributos, dejará de ser una parodia del fervor por la historia que precedió a la catástrofe de los años 30 para convertirse, en contra de la intención irónica de su autor, en un imprescindible manual de uso a disposición de administraciones y comisarios de grandes eventos.…  Seguir leyendo »

Hace dos siglos el pueblo español defendió heroicamente la dignidad herida de su patria. Lo hizo de forma espontánea, con las manos desnudas de la libertad. Solo y en medio del colapso del Antiguo Régimen, el pueblo asumió su mayoría de edad. En las calles de Madrid los españoles proclamaron su voluntad de ser libres e independientes. Arrebataron a los poderosos las riendas de su destino y pagaron un tributo de sangre y dolor que dos siglos después sigue estremeciendo con orgullo nuestro reconocimiento colectivo.

El Dos de Mayo de 1808 se puso en marcha una revolución popular frente a los sables y las bayonetas de los invasores.…  Seguir leyendo »