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Vista del Valle de los Caídos

Sólo con los ojos de la fe pueden verse sin incredulidad las propuestas de derribar la cruz del Valle de los Caídos. Desde un punto de vista laico o civil, carecen de sentido, se miren por donde se miren. Veamos.

Primero, el burdo truco demagógico. Resignificar un monumento es destruirlo. No olvidemos que la esencia de cualquier monumento u obra de arte estriba en su significado, a cuyo servicio está por entero.

A partir de ahí, ¿qué persona civilizada contempla la posibilidad de derribar o mutilar un monumento porque no comparta los principios de quienes lo levantaron? ¿Se les ocurre a los franceses exigirnos asolar, para la normalización de las relaciones francohispanas, el Monasterio del Escorial?…  Seguir leyendo »

Una bandera republicana con el Valle de los Caídos al fondo.

El pasado 20 de julio el Gobierno de España aprobó trasladar a las Cortes para su tramitación un Proyecto de Ley de Memoria Democrática. El artículo 54 contempla la resignificación democrática del Valle de los Caídos.

Han pasado casi 46 años desde la muerte física del dictador, sin que el Estado español haya sido capaz de garantizar la rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas durante la guerra civil y la dictadura franquista. El mayor símbolo de esa impunidad es el Mausoleo de Cuelgamuros.

Cuelgamuros es un caso único en Europa: de todos los grandes monumentos construidos como símbolos por los regímenes fascistas del siglo XX, solamente el Valle sobrevive.…  Seguir leyendo »

Sobre las más de cinco millones de teselas que cubren el mosaico del Juicio Final de la bóveda de la cripta del Valle de los Caídos descansa la historia reciente de España, pero no descansa en paz. La Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, o Cuelgamuros, como lo bautizaron los presos y prisioneros de guerra que lo construyeron, es el símbolo público por excelencia del franquismo, y sigue cumpliendo prácticamente todos los objetivos con los que fue diseñado como monumento conmemorativo antes de que terminara la Guerra Civil. La mayoría, como trataremos de ver, han pasado a un segundo plano desde el momento en que fue enterrado allí, en un lugar central y privilegiado de la construcción como correspondía al entonces Jefe del Estado, el general Francisco Franco.…  Seguir leyendo »

El presidente Sánchez ha establecido como una de las prioridades de su Gobierno decidir el destino del Valle de los Caídos, el colosal mausoleo donde están enterrados Franco, José Antonio y miles de soldados nacionales y republicanos, algunos exhumados sin permiso de las familias para completar el proyecto del dictador. El monumento es problemático: conmemora la victoria de un bando sobre otro, haciendo de las personas enterradas meras piezas de un sistema de representación.

Los planes del Gobierno parecen sugerir que los únicos restos que dan significado al monumento son los del dictador, como si los otros miles de cuerpos supusieran un problema ideológico menor.…  Seguir leyendo »

Que cada palo aguante sus huesos

Ha estado recluido algún tiempo José K. —¡tan añoso!— en su chiribitil, a la espera de que algún amanecer abriera puertas y ventanas. Hoy ya puede salir a la luz, si bien ha preferido hacerlo con gafas oscuras y sombrero mexicano, ambas cosas para evitar el deslumbramiento tras abandonar la oscura cueva, pero este último aderezo, además, como homenaje a Andrés Manuel López Obrador, ándele compadre, a ver hasta dónde llegamos. ¡Cuánta novedad contemplan sus cansados y deslumbrados ojos, desde un mocetón en lugar de un registrador de la propiedad, a un líder o una lideresa más bien jovenzano en la derecha, y mujeres, muchas mujeres donde antes había adustos señores de traje y corbata!…  Seguir leyendo »

Las leyes están para cumplirlas. Esta es una consecuencia del Estado de derecho, del que un día sí y otro también tantos actores políticos se llenan la boca, para acto seguido vaciarlo de contenido a las primeras de cambio. Hace unos días, este diario informaba de la publicación en el BOE de un anuncio de licitación pública por un importe de 286.485 euros para la restauración de la portada de la basílica del llamado Valle de los Caídos, donde se encuentran –especificaba— las esculturas de la Piedad, los Evangelistas y las Virtudes. Y resulta ser que una ley vigente, la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medios a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, es decir, la Ley de Memoria Histórica, en su artículo 16.2 establece respecto del citado Valle que: “En ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas, o del franquismo”.…  Seguir leyendo »

Por Félix de Azúa, escritor (EL PAIS, 11/04/05):

En un par de días, durante las fechas previas a la desbandada general de Semana Santa, varias estatuas de Franco y algunas placas falangistas volaron por los aires y aterrizaron en hangares donde ya no mancillarán los ojos infantiles. Eso está muy bien. Es indudable que el dictador no sólo fue un azote para la gente bien nacida, sino que además carecía de toda nobleza espiritual o zoológica. En eso se parecía a Stalin y a Kim Il Sung, de los cuales no se puede aprovechar ni un centímetro.

Dado el aplauso recabado por tan inspirada resolución, las comunidades autónomas podrían apuntarse y eliminar algunas efigies de colaboracionistas de Franco, como March y Cambó.…  Seguir leyendo »

Por José Antonio Zarzalejos (ABC, 27/03/05):

Los españoles habitualmente nos arrojamos a la cara el pasado sin saber muy bien si empleamos en esa pelea la memoria o la historia que, como nos advierte Alain de Benoist, son dos formas antagónicas de relacionarse con el pretérito. Dice el ensayista francés que «la memoria no puede sustituir a la historia»y añade que «sólo un pasado historizado puede informar válidamente el presente, mientras que un pasado mantenido permanentemente actual no puede ser sino fuente de polémicas partidarias y de ambigüedades». Estas reflexiones vienen como anillo al dedo para arrojar luz sobre la gama de comportamientos que se han producido con motivo de la retirada de la estatua ecuestre del general Franco en la fachada sur de los Nuevos Ministerios en Madrid, cercana a las enhiestas de Indalecio Prieto y Francisco Largo Caballero.…  Seguir leyendo »

Por Jon Juaristi (ABC, 27/03/05):

Un noticiario de la televisión autonómica vasca (ETB) recordaba, hace unos días, que todavía quedan muchos monumentos franquistas por demoler, y ponía tres ejemplos: la basílica del Valle de los Caídos, el arco triunfal de la Moncloa y «el Sagrado Corazón de San Sebastián» (sic). Los donostiarras andan todavía preguntándose si el presentador se refería al templo o a la estatua que corona el monte Urgull, extremo este que convendría aclarar antes del 17 de abril, no sea que salga lehendakari Patxi López y en la euforia nocturna alguien cometa un desaguisado irreparable. Cuando en el 36, en plena guerra civil, las izquierdas, con el pretexto de privar de apoyos visuales a la artillería rebelde, propusieron derribar el monumento al Sagrado Corazón en Bilbao, el ministro de Obras Públicas y Fortificaciones del Gobierno vasco advirtió a los socialistas y comunistas del gabinete Aguirre que, de persistir en semejante empeño, iba a haber entre ellos más que palabras.…  Seguir leyendo »

Por Juan-José López Burniol, notario (EL PERIODICO, 24/03/05):

Fue el filósofo José Luis Aranguren quien elaboró una teoría general del talante. Sus primeras reflexiones sobre el tema aparecieron en 1952. Reduciendo su aportación a lo esencial, podría decirse que el talante --lo que popularmente se conoce como buen talante-- es aquella disposición del ánimo que induce al sujeto a penetrar en la realidad que le circunda para entenderla. No obstante, no se trata de un talante desnudo, equiparable a un mero estado de ánimo espontáneo y pre-racional, sino que se trata de un talante informado y ordenado, es decir, de un talante que quiere entender.…  Seguir leyendo »

Por Pedro Schwartz (LA VANGUARDIA, 23/03/05).

Los curiosos visitantes de la villa de Madrid quizá recuerden que, en el exterior del grupo de edificios llamado Nuevos Ministerios, podían verse las estatuas de tres personajes de la historia de España: en la fachada de la Castellana, la de Francisco Largo Caballero, presidente del gobierno durante el primer año de la Guerra Civil; más cerca de la plaza de San Juan de la Cruz, la de Indalecio Prieto, promotor de esos ministerios al inicio de la II República para combatir el paro y luego ministro de Defensa durante la guerra; por fin, a la vuelta de la esquina, delante del Ministerio de la Vivienda, una estatua ecuestre de Francisco Franco, fundador de ese departamento.…  Seguir leyendo »

Por Ignacio Camacho, director de ABC (ABC, 20/03/05):

A pocos metros de la recién retirada estatua ecuestre de Franco en la galería de los Nuevos Ministerios, en la Castellana, sendas esculturas de Indalecio Prieto y de Francisco Largo Caballero, firmadas por Pablo Serrano, dan testimonio de una Historia que, para bien y para mal, es la nuestra, la de los españoles, esa Historia que según el célebre poema de Gil de Biedma es la más triste de todas las historias, porque siempre acaba mal, con los demonios del pasado dando vueltas alrededor de nuestro presente y de nuestro futuro.

Prieto y Largo Caballero -cuyos papeles en la revolución de Asturias podrían valerles en puridad la consideración de conspiradores contra la República- fueron figuras destacadas del periodo más convulso de nuestro siglo XX, pero nadie ha cuestionado nunca su lugar en la Historia porque la memoria común está compuesta de luces y de sombras, y no se puede reescribir desde el unilateralismo, desde el maniqueísmo o desde el sectarismo ideológico.…  Seguir leyendo »