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La medialuna sobre el Sena

Acaba de haber elecciones generales en Francia y la “Fraternidad musulmana” ha ganado con comodidad; socialistas y republicanos, temerosos de que el Frente Nacional de Marine Le Pen pudiera acceder al poder en estos comicios, han asegurado aquel triunfo. La Francia que fue antaño cristiana, luego laica, tiene ahora, por primera vez, un presidente musulmán, Mohammed Ben Abbes.

Contrariamente a lo que se temía, los “grupos identitarios” (nacionalistas y xenófobos) no han entrado en zafarrancho de combate y parecen haberse resignado a lo ocurrido con unos cuantos alborotos y algún crimen, algo que, por lo demás, los discretos medios de comunicación apenas mencionan.…  Seguir leyendo »

Me referí en estas misma páginas de La Vanguardia, en mi última colaboración quincenal, a la conmemoración del quinto centenario del nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada, aunque sin centrarme en su obra. Por el contrario, anduve por las ramas de sus esparcidas reliquias, por eso ahora, a petición de algunos lectores, me propongo tratar de su persona y de sus escritos. Nada mejor para ello que comenzar por alejarla de los tópicos rancios que, con tanta frecuencia, han acompañado y empañado su figura hasta hoy mismo, tal vez como secuela de algunas interpretaciones manidas que hicieron fortuna durante el franquismo.…  Seguir leyendo »

Sobre reliquias y huesos

Ayer 28 de marzo del 2015 se cumplieron quinientos años del nacimiento de Teresa de Jesús. A mi juicio una de las personalidades femeninas más interesantes de la historia conventual europea. El papa Francisco declaró el 2014-2015 año jubilar teresiano y entre los múltiples actos organizados para celebrarlo ayer terminó en Ávila una peregrinación bautizada como Camino de la Luz, cuyo propósito era recorrer treinta países de cinco continentes llevando el bastón de la santa como reliquia.

Confieso que mi devoción por Teresa de Jesús es enorme, aunque muy escasa por las reliquias. En eso, como en tantas otras cosas, me siento erasmista y seguidora de Alfonso de Valdés, que ridiculizó el asunto contando que tres iglesias aseguraban conservar nada menos que el prepucio del Niño Jesús.…  Seguir leyendo »

Vengo de un tiempo en que aún se cantaban romances en las casas. Solía hacerse en las sobremesas de las fiestas y las celebraciones familiares, y muchos de esos romances aún perviven felizmente en mi memoria. Mis preferidos eran los romances moriscos. Hablaban de cristianas cautivas o del amor de los moros por los lugares y ciudades en que vivían. Estas delicadas historias contenían visiones idealizadas de las relaciones entre moros y cristianos, siempre llenas de melancolía ante la dificultad de conciliar los dos mundos. Las cristianas cautivas habían sido raptadas de niñas, pero eran jóvenes despreocupadas que cosían, lavaban sus pañuelos de seda u holanda, e iban con sus amigas a por agua a la fuente.…  Seguir leyendo »

La historia espiritual de un pueblo viene determinada por la suma misteriosa de tres factores determinantes de sus opciones fundamentales: las personalidades señeras, las minorías de inteligencia o de poder y las masas. La fecundidad creadora de la lenta revolución cotidiana viene dada por la interacción realista entre esas personalidades y minorías por un lado y las masas por otro. En España hemos vivido momentos estelares en los que han florecido las primeras pero no han querido, no han sabido o no han podido llegar al pueblo carente de cultura y de riqueza. En tres momentos de gran riqueza cultural y espiritual no se logró esa interacción: las minorías universitarias del siglo XVI, los ilustrados del siglo XVIII y la Institución Libre del siglo XX.…  Seguir leyendo »

La reciente publicación de una original biografía de Luis Martín-Santos, obra de José Lázaro y galardonada con el Premio Comillas en su última edición, ha vuelto a colocar en primer plano la propuesta literaria de uno de los más estimulantes escritores españoles del siglo XX. Vidas y muertes de Luis Martín-Santos ilumina, sin duda, las raíces abiertamente autobiográficas de la única novela que alcanzó a publicar en vida, Tiempo de silencio, y también de los fragmentos y borradores del texto en el que trabajaba cuando le sorprendió la muerte, Tiempo de destrucción. Los datos que aporta José Lázaro o, mejor, que aportan quienes convivieron con el escritor y que José Lázaro transcribe interviniendo hábilmente en la disposición temática y emocional de los testimonios, no son relevantes porque satisfagan la curiosidad, incluso el morbo, ante una vida breve aunque repleta de experiencias singulares, desde políticas hasta estrictamente íntimas.…  Seguir leyendo »