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Me llamó alarmada y me dijo: no puedo dejar de vomitar, no puedo parar. Estaba en el trabajo y quería hablar con alguien para cortar el impulso irrefrenable de provocarse el vómito, por eso se agarraba al móvil desde el baño en el que se había metido. Sus palabras sonaban a grito desesperado emitido desde las profundidades de un pozo en el que ni ella misma sabía cómo había caído. Éramos muy jóvenes entonces. Mi amiga vivía en conflicto con su propio cuerpo no porque quisiera estar delgada, sino porque desde que había hecho el cambio de forma precoz y había adquirido unas formas rotundamente femeninas, tenía que aguantar el acoso de los chicos y hombres del barrio que se creían con derecho a dar su opinión, algunos de forma más grosera que otros, sobre las carnes de la que hasta no hacía mucho era solamente una niña.…  Seguir leyendo »

Cada época tiene sus pasiones. El culto al cuerpo representa una de las máximas expresiones del materialismo de nuestros días. Estamos en la era de la imagen. Y ésta es apariencia, externidad, fachada, porte, el modo como alguien aparece ante los demás. Los clásicos ya lo decían: debe haber una buena relación entre lo exterior y lo interior del ser humano.Hay muchas cosas que se hospedan en esta veneración al cuerpo: el mito de la eterna juventud; el nuevo lenguaje corporal de una sociedad en la que el pudor ha ido desapareciendo; la idolatría del sexo a todas horas; el juego de las apariencias, en un contexto en el que los medios de comunicación exaltan el aspecto exterior de forma machacona; la exaltación de la mujer escuálida; y un largo etcétera de valores en alza en esta misma línea.…  Seguir leyendo »

Por Eulalia Solé, socióloga y escritora (LA VANGUARDIA, 05/05/06):

Al parecer, es la imagen de las modelos que desfilan por la pasarela la principal culpable del aumento de la anorexia y la bulimia entre las mujeres. En tal caso, la reunión que la ministra de Sanidad mantuvo con los empresarios de la moda para tratar de las tallas demasiado pequeñas debería tranquilizarnos. Lástima que, como ocurre a menudo, confundamos el efecto con la causa.

En primer lugar, preguntémonos cuántas veces aparecen las modelos por televisión o en la prensa, cuántos salones de la moda hay al año y qué influencia real ejercen sobre las adolescentes, principales víctimas de los trastornos alimentarios.…  Seguir leyendo »